La lluvia no paraba de caer, pero eso poco o nada le importaba a Macarena que, de pasar a protagonizar una comedia romántica erótica, pasó a una tragedia dramática. Y mientras escribía esto, ella mira hacia el cielo y, con el puño levantado, me reclama: - ¡Teníamos un trato, escritora! ¿Qué no era que me harías exitosa? ¡Eres una estafadora! “Ya, tranquila”, le dije, pero en mi mente porque se supone que no debo intervenir en la trama. “Solo espera un poquito más, Macarena, que ya se revertirá tu situación”. Y mientras pienso bien cómo mejorar la vida de Macarena sin que parezca demasiado fumado, ya que lo perdió todo de un día para otro por culpa de la envidiosa de Adelaida que, a su vez, se convirtió en la amiga “mala influencia” de Sonia, procederé a explicar la dura y tri