Capítulo 29 Las promesas se cumplen. En el momento en que los empleados empezaron a irse, pues ya que la hora de trabajo había terminado, Rosina estaba demasiado impaciente, por el hecho de que su querido padrino le había prometido que le daría algo antes de que se fueran. Tuvo que esperar que Sabrina se fuera mientras se hacía, la que estaba terminando de acomodar un par de cosas, para luego dirigirse a la oficina de Teo. Ya los pasillos estaban solos, sin empleados de por medio, caminando de aquí para allí y al llegar a la oficina, ni siquiera estaba presente Ana, por lo cual golpeó la puerta. Teo, desde que le había prometido una sesión de sexo antes de que se fueran de la empresa, estuvo expectante durante toda la tarde esperando este momento. En el instante en que escuchó que la p