Enamorada del Guardaespaldas

María había llegado hacía poco tiempo desde Argentina donde había estando viviendo con su tía, una agregada de la embajada estadounidense en Argentina que se había enamorado perdidamente de un cheff empresario gastronómico, dueño de una cadena de restaurantes muy conocida y con quién se había establecido en la Capital Federal. Tenía dos hijos pequeños cuando María llegó refugiándose de una terrible experiencia que la había traumatizado profundamente. Actualmente sus primos ya eran adolescentes. Su tía fue de lo más cálida al recibirla. Evidentemente se había contagiado del espíritu del lugar, y de su esposo, ya que no era lo que la caracterizaba antiguamente cuando vivía en Estados Unidos. Tenía una casa inmensa en un barrio que se llamaba Olivos donde había varias habitaciones e inmediatamente le adjudicó un cuarto para que ella pudiera acomodarse. No le pregunto demasiado ella ya sabía, de hecho su tía había tenido una experiencia bastante similar en su propia juventud. Y quizás incluso por eso la recibió de la manera en que lo hizo. María nunca olvidaría el gesto y viviría durante casi siete años en Argentina aprovechando para mejorar su español y terminar sus estudios allí. También se había hecho de algunos amigos en el interin. Fue en la Universidad de Buenos Aires dónde se especializó en psiquiatría y terapia focalizada específicamente en la resolución de traumas de origen s****l, violencia y abuso. Ahora estaba de vuelta en el pueblo que la había visto nacer en Nevada. Específicamente instalada en Las Vegas donde consiguió un puesto en el hospital Spring Valley luego de revalidar su título gracias a los contactos que tenía su padre.Realmente María era reacia y no tenía interés en contar con su padre para nada. Pero este tipo de situaciones lo ameritaban puesto que sus contactos le servían y por muy enojada que estuviera con él, tampoco era idiota como para desaprovechar los recursos que tenía. En el Hospital coincidió con quién había sido en el peor momento de su vida su ginecóloga, la doctora Amal. Luego del impacto inicial habían comenzado con ella, una amistad. Ahora María estaba en esta casa justamente para hacerle un favor a Amal, para atender a una persona que era amiga de ella, Mía, y que no estaba pasando por un buen momento en la actualidad. Luego de ver a Mia y que le explicaran su madre y su mejor amiga un poco la situación -de hecho estaban en la mansión de la mejor amiga de Mia que se llamaba Pupe- dió su opinión acerca del caso. -Creo que ella no pudo hacer el duelo por lo de su amiga .Uds. mismas me dijeron que nunca la vieron llorar o quebrarse. Creo que esto que pasó le hizo revivir ese trauma que no pudo elaborar antes y por eso está deprimida- y María sabía muy bien de lo que hablaba pues lo había vivido en carne propia pero eso no iba a decirselos. -Cree que es necesario que tome medicación doctora?-pregunto Pupe. María sopeso la situación. -Creo que es una chica fuerte solo hay que darle tiempo a recuperarse- dictaminó. -Muchas gracias doctora!- le dijo Martha, la madre de Mia. -La acompaño a la puerta- acotó Pupe. María estaba bajando las escaleras de la parte de afuera de la mansión y chequeando algo en su iPad cuando chocó contra alguien que la sostuvo antes de que cayera. Era un hombre de cabello rapado oscuro y ojos ámbar. Le llevaba una cabeza aproximadamente y parecía militar. -Perdon señora- se disculpo -Estaba distraido- Ella estaba hipnotizada por sus ojos, al punto que había olvidado que el hombre tenía sus manos encima. A María, luego del evento traumático que había vivido, no le gustaba que la tocaran. -Esta bien, yo también estaba distraída...ya puedes soltarme- le dijo ella. Jake no quería soltarla. La mujer tenía coleta, flequillo, unos ojos almendrados oscuros y era pequeña aunque no tanto como Pupe pero si más delgada. Se parecía a la actriz Penélope Cruz. Tenía una falda y una camisa, aunque estaba acabando el verano hacía calor en Las Vegas. -Si por supuesto, disculpe- Dijo y la soltó inmediatamente. -Ud. debe ser la psiquiatra no?- inquirió el dispuesto a darle charla. -Si...y tú cómo sabes eso?- lo miro ella de lado tapándose el sol con una mano -Soy Jake, seguridad de Lucas Taylor. Saberlo todo es mi tarea-