Lorena.
—Para para... —me da risa que no puede hacer el repulgue de la empanada porque termina rompiendo la masa—. Noooo Aukan.
—La hija de su madre no ayuda en nada... Se rompe toda. —me sale la carcajada con ganas por como lo dice.
—Pero es que eres bruto nene.
—Muestrame una vez más va... Que tengo que aprender como sea.
—Una vez más. —me acerco bien a él así lo ve, está sentado y yo parada—. Mira bien.
—Si si... Yo miro pero mis dedos no me acompañan.
—Bien. —lo hago lento y con calma, casi está arriba de mis manos mirando bien pero me doy cuenta que no entendió nada—. Hagamos una cosa así terminamos de una vez o vamos a comer a las seis de la tarde.
—¿Qué?.
—Llenalas y yo le hago el repulgue... Vamos a ir más rápido.
—Tienes razón porque no voy a poder... Nunca pude. —mira a
