Aukan. —¿Tú hermano te trajo?. —No... Vine caminando, no había nadie en la casa. —¿Y es muy lejos para que camines?. —No tanto. —me arrepiento de decirle que vine caminando, tendría que haberle mentido un poco—. Pero menos mal que vine porque se espera una tormenta grande estos días... A todo esto ¿Cuántos días pasaron? —Cinco. —¿Cinco? ¿Me estás cargando?. —No... Cinco de verdad. —¡Mierda!. —una vez que logro hacer fuego me paro fregándome las manos—. Voy a prepararnos para la tormenta que se viene. —Intenté hacerlo pero no pude. —la abrazo dándole unos besos que los siento en mi polla que se me prende fuego. —Mas vale que no puedes gordi... Son troncos muy duros. —me envuelve por el cuello mientras mis manos la agarran de las nalgas—. Me volví loco cuando me dijeron que no esta