2- El amor de mi vida

1842 Words
- ¿Qué me dices? - insiste y yo quiero darme una cachetada, por favor que alguien me golpee para ver si así vuelvo a mí, o por lo menos un pellizco, estoy en shock, la palabras no me salen, parezco estúpida allí parada sin decir nada y solo mirándolo como boba ¡reacciona! Es solo un hombre, un hombre lindo y ¡ya! Mi teléfono suena y doy gracias a Dios y a quien sea que me esté llamando, ya que hace que salga del estupor en el que estaba,  cojo el teléfono y justo cuando veo que es Sandra y voy a contestar la llamada se acaba.  -¿Qué me dices? Vuelva a insistir el hombre que tengo a mi lado. Miró al suelo y veo las bolsas que han caído allí al momento que las solté por el accidente del café y justo en ese momento recuerdo que estoy hecha un desastre. La blusa está sucia y pegajosa, mis pies están hinchados, aunque justo en este momento no me duelen. Tengo como 6 bolsas con compras... Y me lamentó pero así no podré ir con él a ningún lado, ando ¡horrible! ¿Cómo es que es capaz de invitarme un café? A parte de estúpida, parezco ¡loca! - Lo siento- digo mientras me encojo de hombros y muestro las bolsas y mi blusa manchada. - no creo estar en condiciones.- Concluyo con lo obvio.   - Ohhh.... Dice él haciendo una especie de pucherito que lo hace ver tierno. - Para otra oportunidad será.- Digo lamentando mi suerte, por qué no creo que me lo vuelva a encontrar, esos milagros no ocurren dos veces en la vida. Voy a guardar mi teléfono en el bolso para recoger las bolsas y salir de aquí lo más rápido que pueda, este hombre me pone nerviosa, y hace que tengas pensamientos impuros. - Espera. - dice él y me toma de la mano para quitarme el celular, lo veo anota algo allí y luego de unos segundo me lo entrega. - Me tome el atrevimiento de anotar mi número y enviarme un mensaje, así  ya tengo tu número, te debo una disculpa y que mejor que con un café,  así que te escribo mañana y nos vemos. - ok.-  digo porque no salgo de mi asombro, fue un atrevimiento, pero tengo que ser sincera, me encanto, no creo que yo hubiese sido capaz de hacer algo así, y me hubiese quedado con las ganas de compartir ese café con él.   - Me llamo Bruno… Bruno Miller.- dice y se va dejándome como una estúpida en medio de la acera con las bolsas en el piso, la camisa manchada y con los pies  hinchado pero con una sonrisa en mi rostro bendiciendo mi día por tan lindo encuentro. (✿ ♡‿♡) Bruno. Estoy en la oficina mi día iba transcurriendo como siempre, aburrido, entre reuniones, firma de contrato, pero eso fue hasta que llego Bárbara. Que se presentó corriendo a mi secretaria como si ella fuese la dueña y señora de la empresa, a Bárbara la conozco porque es hija de un socio minoritario, pero desde que fuimos presentados en una fiesta, no ha dejado de perseguirme y se presenta en la empresa de vez en cuando a amargarme mi día como lo está haciendo en estos momentos. -¿Qué haces aquí? – Pregunté de mal humor cuando la veo entrar a mi oficina sin antes notificar su llegada.- ¿Por qué entras sin avisar? - ¿Acaso tu novia y futura esposa tiene que pedir permiso para verte?- pregunta y pienso que realmente esta mujer está loca, nunca le he insinuado nada más allá que del trato amigable y caballeroso que se le ofrece a una mujer. -no eres nada mío, así que, si, si tienes que notificar tu llegada y yo veré si te recibo.- digo lo más calmado que puedo, porque esta mujer me saca de mis casillas. -pero…- intenta hablar pero ya me canse de escuchar su voz. - ¡pero nada! Por favor retírate.- le pido amablemente -está bien cariño, te dejo para que sigas trabajando, nos vemos después amor.- dice lanzándome un beso y saliendo de la oficina, dejándome más confundido que cuando llego ¿Para qué coño vino? Así que decido no hacerle mente, porque de lo contrario me dará un fuerte dolor de cabeza.  Cuando mi día laboral termina si más complicaciones salgo y busco mi auto que hoy lo deje aparcado en la entrada de la empresa, soy presidente y socio mayoritario de Miller's C.A es una empresa que se encarga de venta de autos naciones e internacionales al igual que de partes originales y accesorios, es pequeña pero me aporta las ganancias necesarias, aparte de que vamos en aumento... Mi sueño es tener varias sucursales a nivel mundial y ser reconocido. Mi sorpresa es grande cuando recostada a mi auto está Bárbara Anderson otra vez ¿es que acaso no le bastó con lo de esta mañana? Me pregunto. - Bru... te estaba esperando- dice ese diminutivo de mi nombre que odio, camina hacia mi toda coqueta con esa voz tan chillona que lo que me produce es dolor de cabeza. - ¿Qué quieres? Preguntó. - y te he dicho que no me digas así. - ¿Quiero que me invites a cenar Bru? Dice obviando mi reclamo  hacia ella por cómo me llama - Cuántas veces tengo que decirte que no...  Digo entre dientes. Pues está chica me tiene cansado con tanta insistencia. - Bru.. - empieza ella - Ya no me llames así.- vuelvo a insistir esta vez alzando un poco la voz. - Pero... - Escucha Bárbara.-  Empiezo y tomo un poco de aire para calmarme. - eres una mujer bella, no lo niego, tampoco soy ciego, pero no te quiero, no al menos de la forma en que tú quieres. Por favor no insistas en pedirme algo que no puedo darte. Yo no soy el indicado para ti, no te obsesiones conmigo, aprende a mirar a tu alrededor y te darás cuenta que hay personas más interesadas en ti de lo que lo estoy yo... - termino para darme la vuelta y subir a mi auto sin esperar ningún tipo de respuesta de su parte. Conduzco a una cafetería que queda frente al supermercado, entro y pido un café para llevar, una vez con mi pedido dejo el auto allí donde lo deje antes de entrar a la cafetería y me dirijo ahora al supermercado. Mi teléfono suena y lo saco con una mano del bolsillo de mi chaqueta y lo reviso es un mensaje de mi hermano menor donde me dice para reunirnos en un bar, tiene algo que contarme... Estoy escribiendo la respuesta cuando chocó con alguien haciendo que el café que llevaba en mi otra mano se derrame sobre ella. La observó, es alta, no tanto como yo, pero si es alta, tiene su cabello color chocolate y largo, va vestida con falta y chaqueta azul a juego y una blusa que debido al café puedo ver sus pechos, son grandes y mi boca se hace agua en cuestión de segundo. La escucho maldecir y me arrepiento enseguida yo con pensamientos impuros y ella sufriendo tal vez por el escozor que le debe causar lo caliente del café. - Lo siento.- decimos los dos a la vez, yo por haberle  derramado el café encima por venir distraído y ella tal vez pensando las mil y una formas de insultarme, sonrió tímidamente pues no sé qué me pasa con ella. La observó más detalladamente aprovechando que ella aún no reacciona del todo para insultarme, tiene unos ojos rasgado color miel, que le quedan de maravilla, una nariz perfilada y pequeña y sus labios son... Oh Dios... El superior es fino y el inferior un poquito grueso, son de un color rosado que se ven apetecibles, pasa su lengua por ellos y lo humedece, y a mí me entran unas ganas enorme de tomarla y probar esos labios, chuparlos modelos y constatar si saben a fresa como me imagino, me reprendo mentalmente y aclaro mi garganta antes de volver a hablar - De verás lo siento...venía distraído... – digo - No...no… hay… problemas... Tartamudea ella. ¿Será que la pongo nerviosa? - te invito un café para remediar mi error... La invitó y no sé de dónde salió eso, soy una persona reservada, respetuosa y que no se va a la primera. - ¿Qué me dices? Pregunto y sigo sin tener respuesta. Ya me estoy sintiendo estúpido aquí. Pero ella sigue sin responder y no se ¿por qué mierda sigo aquí? Su teléfono suena y ella lo busca en su bolso. Justo cuando va a contestar la llamada termina. - ¿Qué me dices? Vuelvo a insistir y no sé ni por qué,  ella mira al suelo y allí en doy cuenta que carga como 10 bolsas con producto y su ropa está manchada por mi culpa (cosa que ya había olvidado) idiota. Me digo. - Lo siento- dice, mientras se encoje de hombros y muestra las bolsas y su blusa-  no creo estar en condiciones. - Ohhh.- digo por mi idiotez - Para otra oportunidad será... Dice  y me lamentó al no encontrar una forma de retenerla y conocer más de ella. Va a guardar el teléfono en su bolso cuando como una luz en medió de la oscuridad que alumbra el camino, se me ocurre una idea. - Espera... - digo y sin esperar más tomo su  mano y  le quitó el celular, anoto mi número y lo guardo con el nombre de: el amor de tu vida. Sí sé es algo presumido pues no sé nada de esta chica, si está casada o tiene hijos. Pero de ser así ya ella misma me mandará a comer mierda ¿verdad? de todas forma la peor lucha es la que no se hace, y antes de lamentarme pensando en el "y si"  mejor no arrepentirme, así que también aprovecho y me envió un mensaje a mi número para guardar el de ella y así escribirle no vaya a ser que ella no lo haga. - Me tome el atrevimiento de anotar mi número y enviarme un mensaje de esta manera ya tengo tu número, te debo una disculpa y que mejor que con un café. Así que te escribo mañana y nos vemos.- digo seguro aunque por dentro estoy nervioso, es primera vez que hago algo así.   - ok.... Dice un poco asombrada, sé que fue un atrevimiento lo que hice pero tengo que mover fichas ahora que puedo y no lamentarme más delante pensando en lo que hubiese podido pasar. - Me llamo Bruno… Bruno Miller.- digo y me voy de allí sin ni siquiera saber su nombre. Saco mi teléfono y se me dibuja una sonrisa al leer el mensaje que me acabo de enviar " el amor de tu vida" 
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