En ese momento donde Meg no sabe que responderle a su madre y que por poco se le sale la palabra embarazo, llegan Vegas y Zedrix, se puede decir que Meg ha sido salvada por la campana.
—¡Ya estamos aquí!— dice Vegas al ver las dos mujeres.
Traía consigo varias perdices al igual que su padre. Vegas se pasó un momento muy agradable cazando con su padre que hasta pensó que ya se había calmado y empezaba a aceptar lo suyo con Meg.
— ¡Voy al baño!— dice Meg para evadir a su madre que aún espera su respuesta aprovechando la llegada de su alfa y su padre.
—¡Pero Meg espera aún no hemos terminado de hablar!—le grita su madre pero ella la ignora.
Algunas horas pasaron, entre todos prepararon y cocinaron las perdices, la madre saca el ceviche y también lo pone sobre la mesa plegable que trajero
