Megalix llega al trabajo en metro, ni siquiera ha probado alimento adecuado, y aunque no es su hora para entrar, sus superiores no se quejan, si los empleados llega temprano para ayudar con el trabajo, saben que muchos trabajan hasta turnos dobles para llevar algo más de dinero para sus casas.
—Wao creo que ya tengo a la siguiente empleada del mes, jejeje—le dice Ramsés a Megalix al verla llegar al área de los casilleros, mientras él intenta ponerse su corbata, pues a su mujer se le olvidó hacerle el nudo antes de colocarla en su maletin.
—Bueno en realidad pase para ver si me podías comunicar con el joven Routterman, debo hablar con él, es algo personal, ¿De casualidad el está aquí a esta hora?—pregunta ella mirándolo a los ojos.
—¡Si claro!...¿Que?¿Acaso escuché bien mi niña?¿Quieres
