CAPITULO 11 Connie estaba ordenando uno de los trasteros de Wragby. Había varios: la casa era una verdadera almoneda y la familia no se deshacía nunca de nada. Al padre de Sir Geoffrey le habían gustado los cuadros y a la madre de Sir Geoffrey le habían gustado los muebles del cinquecento. A Sir Geoffrey mismo le habían gustado los viejos vargueños tallados y los arcones de sacristía. Y así de generación en generación. Clifford coleccionaba pintura muy moderna a precios muy moderados. De modo que en el trastero había malos Sir Edwin Landseers, mediocres nidos de aves de William Henry Hunt y otras obras academicistas capaces de asustar a la hija de un m*****o de la Real Academia de Pintura. Había decidido echarle un vistazo a todo aquello algún día y poner algo de orden. Aquellos muebles