Marisa Donovan
El viaje se me estaba siendo más largo de lo normal y eso que he usado este mismo camino la mayor parte de mi vida. Eso de tener papás separados es una tontería. tener que ir de una ciudad a otra en las vacaciones es tan cansado.
- Me duele el culo
susurré para mí misma, pero no me imaginé que el compañero de asiento me iba a escuchar. Soltó una risa y me dijo
- si gustas puedo ayudarte a quitar ese dolor en el baño.
Me gire a verlo por primera vez en 3 horas. Era guapo, eso no lo negare. tenía una sonrisa coqueta y sus ojos color miel eran tan atractivos. su cabello era n***o y ondulado y tenía unas gafas en su nariz que lo hacían ver muy sexy. Baje a ver su cuerpo muy mal que digamos no estaba, se veía flaco pero con solo ver su brazo podría adivinar que se la vive en el gimnasio.
- lo siento. Pensé en voz alta.
- no hay problema, pero la invitación al baño sigue de pie.
Mire a mi alrededor y todos estaban dormidos. Éramos los únicos despiertos pero le rechace esa invitación como dice el. Pero algo en mi interior se removió al pensar en que llevo más de 3 años sin probar un gran pedazo de carne. Lo mire de reojo, sus ojos estaban cerrados y los lentes ya no los tenía puestos. Sus piernas se veían fuertes y sus manos grandes para sujetarme bien si me quiere cargar y para cubrirme la boca.
Dios que ando pensando. Es un extraño. Me talle la cara y seguí viendo el paisaje. Mi teléfono se había muerto y aún me quedaban dos paradas de descanso y como 2 horas más de viaje después de la última parada. Cerré los ojos y me acomode en mi asiento pegando la cabeza a la ventana.
Necesitaba dormir, así podría sentir que el tiempo pasa rápido.
- oye -el hombre de a lado me tocó el hombro, abrí un ojo y lo vi. Una de sus manos estaba apuntando hacia abajo donde mi mano estaba sobre su m*****o. Aleje mi mano rápido y me enderece.
- lo lamento. No fue mi intención tocarte
- puedes probar si gustas.
Lo vi quitar el botón de su pantalón y bajar su cierre. Saco su m*****o erecto y sentí como todo en mi interior se hacía agua. Llevo más de 3 años sin ver uno y mi cuerpo me lo pide. Lleve mi mano a la base y empecé a masturbarlo. El sujeto se acomodo en el asiento dejando que hiciera lo que mas me conviene. Moví la mano lento pero fui acelerando mis movimientos.
Me pase la lengua por los labios sintiendo el olor en mi nariz. La punta se puso brillosa por el líquido que empezó a salir.
Me acomode en mi asiento y hundi su m*****o en mi boca. Su mano se acomodo en mi espalda baja jalando de a poco mi falda hasta dejarla en mi espalda. Sentí como su mano se metía en mi braga hasta que su dedos hizo contacto con mi entrada.
- espera.
sacó la mano y me volví a sentar, me quite la braga dejándola en mis muslos y abrí las piernas, puso su mano entre mis piernas frotando mi clítoris. Lleve mi mano a su m*****o dejando que nos masturbemos entre si. Sus dedos se hundieron en mi entrada y me mordi el labio para no hacer ningún ruido. Los asientos eran para tres personas así que quitamos los reposabrazos. Me acomode quedando boca arriba y el se puso encima de mi acomodando su m*****o en mi entrada.
Llevo su mano a mi boca y se hundió de golpe en mi interior. Sus movimientos eran rápidos y profundos y eso hacia que los asientos hagan un ruido extraño. Pero parecía que nadie lo escuchaba. Me jalo y me puse a horcajadas encima de él, me sujete del respaldo y moví mi cadera lo más rápido que pude sintiendo como se abrió paso en mi. Su mano me apretó el cuello y me jalo para pegar sus labios a los míos. Sentí mi cuerpo temblar hasta que me corrí. Me quite de encima y metí su m*****o en mi boca hasta que se corrió.
Me acomode en mi asiento y cuando todos se despertaron hicimos que nada paso y que ni nos conocemos.
Aunque eso no es del todo mentira, no me se ni su nombre ni a dónde va. Llegamos a la primera parada de descanso y estaba en uno de los cubículos del baño, tenía mi brasier en mi boca mordiendolo para no hacer ningún ruido mientras el desconocido del camión me embestia con fuerza. Apretó mi pecho pellizcando mi pezón.
Puse mis manos en sus rodillas aguantando el ardor en mis piernas mientras saltaba encima de el. Escuché como alguien tocaba en la puerta de dónde yo estaba y sabía que no iba a poder decir nada. Si me quitaba esto de la boca iba a soltar un gemido y muchas maldiciones.
- Oye necesito el baño. ¿ya mero sales?
Me quite rápido mi sostén de la boca y con cuidado de no soltar un ruido hablé.
- no... perdón... estoy mala del... estómago -volvi a morder mi sostén maldiciendo al hombre por no dejar de mover mi cuerpo encima de el para poder hablar. La mujer me dijo algo más que no logré entender.
El sujeto me susurro en la oreja que me levantará así que eso hice. Mis piernas no dejaban de temblar. Me cargó y acomodo su m*****o en mi entrada hundiendose una vez más. Unas embestidas mas y ambos nos corrimos pero obviamente el afuera de mi.
Estuvimos dos días más de viaje y en esas noches nos metimos en el baño para poder follar. Llegamos a la última parada de descanso y todos bajaron para poder comer y bañarse, me quedé en el camión con mi compañero. Estaba de rodillas y el me follaba la boca mientras mis dedos se hundía en mi. Me acomodo en unos de los asientos dejándome en cuatro y se hundió en mi llenándome por completo.
- Mierda. estás tan buena -me jalo el cabello y me dio una nalgada.
Este es el mejor viaje que he tenido.
Llegamos a la estación y cada uno se fue por su lado sin despedirse. Hubiera sido incómodo despedirnos después de todo lo que pasamos y fingir enfrente de todos que no nos conocíamos. Llegue a la casa de mi padre y lo saludé junto con su nueva pareja.
Pasaron los minutos y el timbre sonó una vez más, estaba en la sala tomando un poco de café cuando vi esos ojos color miel atrás de esas gafas, sus ojos se abrieron de golpe viéndome fijamente.
- Hija. te presento a tu hermanastro. es dos años mayor que tu -empecé a toser y la mujer me golpeó la espalda delicadamente.
- No sabía que tenía un hermano...
- queríamos que sea sorpresa -dijo la mujer. Ambos asentimos y nos presentamos. Su sonrisa tenía algo que sabía que esto era divertido para el.- te vas a quedar en su habitación por un tiempo.
Esa misma noche mi papá estaba haciendo la cena con su nueva pareja mientras yo me acomodaba en la habitación de mi hermano, el entro a la habitación con una toalla en la cabeza y una en la cintura.
- Hola hermanita. -se quitó la toalla dejando su m*****o a la vista.
Mordí la toalla que estaba en mi boca mientras el me embestia con fuerza en su cama. Jalo la toalla haciendo que mi espalda se arquera más haciendo que se hundiera más en mi. Mi cuerpo empezó a temblar y su mano cayó con fuerza en mi trasero haciendo que sonara en toda la habitación.
- La cena está lista -grito mi padre.
Me corrí y después el salió de mi corriendose en mi espalda.
- Vamos hermanita. Después me toca postre. -Se puso un boxer y un short y salió sin siquiera esperarme. Me quedé tirada en la cama con las piernas temblorosas y humedad. me desamarre la toalla de la boca y me seque las piernas poniéndome un vestido y baje