Diego Russo
Llevo 3 años con una nueva invitada en mi casa, hace 3 años adopte a una joven de 15 años que estaba en pésimas condiciones en la calle. Tarde un año para que me puedan conceder la custodia y tenerla bajo mi cargo, después de tantos análisis y estudios sobre mi persona me la concedieron y ahora tengo a una pequeña adulta a punto de cumplir sus 18 años.
Entre a la cocina y su cabello largo hasta la cintura caía como cascada en perfectas ondas, Estaba con un top deportivo n***o y un short tan pequeño del mismo color que se le metia entre las nalgas. Tenía mucha confianza con ella y siempre sabía mis limites pero últimamente ando olvidando esa linea tan delgada. Desde que cumplió los 17 años se empezó a convertir en una mujer muy guapa y sexy.
Puse mi mano en su espalda y bese su coronilla, ella empujó su cabeza hacia mi boca alarga donel contacto. Se llevó una cucharada de cereal a la boca y una gota de leche se deslizó por si barbilla. Le limpie la leche con mi pulgar imaginando cosas indecentes. Me aclare la garganta y me acerqué a la estufa para poder hacer mi desayuno que implicaba un pan tostado y huevo con jamón, sentí los ojos de mi hijastra sobre mi así que me giré hacia ella encontrando sus ojos en mi torso desnudo.
- ¿te dolió mucho ese tatuaje en tu cadera?
- Un poco, por el hueso suele doler mas de lo normal.
- Quiero un tatuaje pero no me animo de donde ni cuál.
- ¿que quieres como regalo de cumpleaños? Mañana es tu cumpleaños y ya serás toda una adulta.
- Una pequeña adulta -se queja- tendria que pensarlo muy seriamente... y ver qué me conviene mas.
Se mordió una de sus uñas negras viéndome con una chispa de algo más que cariño y respeto, le di una sonrisa que no llegó a mis ojos y me di la vuelta dándole la espalda.
Esa misma tarde salí de mi oficina para preguntarle que deseaba almorzar, podíamos pedir a domicilio, salir y cocinar. Subí las escaleras a su habitación y tras pasar el pasillo me encontré con su puerta entreabierta, escuché varios sonidos que después de prestarle más atención los reconocí como gemidos y jadeos. Me pegué más a la puerta cuidando que no se moviera o se abriera y me dejara al descubierto.
Trate de ver atraves de la puerta y la encontré acostada en su cama, estaba desnuda y con sus piernas abiertas, su pequeña mano estaba entre sus piernas mientras con la otra se apretaba sus perfectos senos en desarrollo. Soltó un gemido bajo y después balbuceo algo que no pude comprender del todo.
Sentí como se me formaba un nudo en el abdomen y como mi polla empezó a ponerse duro por ver sus hermosas curvas. Su cuerpo se tenso y empezó a temblar, de su boca no paraban de salir gemidos y balbuceos sin sentido hasta que explotó y dijo con una voz mas fuerte de lo normal mi nombre.
Me quedé estático en la puerta sin poder creer que se estaba tocando a si misma pensando en mi.
Me aleje de la puerta cuando la vi levantarse y ponerse la bata que siempre usaba cuando estaba en casa un sábado por la tarde. Baje las escaleras y después de tomar varias exhalaciones fingí que subía la escalera cuando la vi en el ultimo escalón apunto de bajar, tenía sus mejillas sonrosadas y su cabello un tanto desordenado, podia ver cómo le temblaban las piernas y como sus pezones se ponían duros abajo de la tela.
- Papi... -susurro- estaba apunto de ir a verte. Ya pensé que quiero para mí cumpleaños
Que no diga que quiere comerme la polla porque no tendré suficiente autocontrol y le terminaría adelantando su regalo.
- claro. Vamos a ver qué comer mientras me cuentas que quieres.
Nos acomodamos en el sofa, ella puso sus piernas encima de las mías y sin darme cuenta le empecé a acariciar los muslos subiendo su bata hasta dejar ver sus bragas, la vi de reojo y ella estaba pasmafa viendo mis dedos moverse con glacialidad tan cerca de su intimidad, la sentí tomar una bocanada de aire tensa y como sus mejillas se ponían rojas.
- ¿que quieres comer? -rompi el silencio y con sus ojos fijos en mis muslos susurro.
- Pollo.
Abrí los ojos de golpe viéndola y ella me sonrió.
- Se me antojo comer pollo asado -reparo de inmediato rascandose la nuca. Asentí a su dirección- quiero ir a la playa. Podemos ir hoy después de comer. Me gustaría pasar la noche en un hotel o en una cabaña.
- Claro alista tus cosas.
Llegamos a la cabaña que había pedido en lo que comíamos y debo admitir que se siente de maravilla el cambio de ambiente, era una cabaña acogedora, consistía con Una cama matrimonial, un baño con jacuzzi, la cocina y connel comedor integrado y la sala con una tele que abarca casi toda la pared y una chimenea. Estaba ocultándose el sol y Paula había entrado directo al baño con la intensión de ponerse su bikini y entrar al lago que había a unas calles atrás de la cabaña.
Después de unos minutos salió con un bikini rojo que le quedaba chiquito del trasero pero perfecto del pecho. Me quedé más tiempo de lo necesario contemplándola. Con toda la pena del mundo necesito sentir a una mujer abajo de mi cuerpo así que está noche la haré gritar y suspirar mi nombre. Salimos de la cabaña y al llegar al lago no tardo en darse un chapuzón, me sumergi hasta las rodillas sintiendo el agua helada.
- Dios que frío hace -se quejo. La vi nadar hasta mi poniendo sus manos en mis piernas y sus pequeños dedos rozar peligrosamente mi polla la cual ya estaba empezando a reaccionar ante su cercanía- gracias por conseguir la cabaña está hermosa.
Enredo sus brazos en mi cintura dejando sus senos encima de mi polla. Si cuerpo se movió haciendo que pudiera sentir sus pezones duros en mi abdomen.
- tengo otro regalo para ti en la cabaña. ¿quieres verlo?
Ella asintió feliz así que salimos y caminamos a la cabaña, ella brincaba como una niña pequeña y cuando llegamos a la cabaña ella entró de primero y yo cerré la puerta atrás de mi. Se quedó parada en medio de la sala mientras que yo me quitaba el cinturón del pantalón y tiraba mi camisa que estaba en mi hombro en el mueble.
- ¿Donde está mi regalo? -pregunto girándose y cuando decayó en lo que tenía entre mis manos sus mejillas quedaron rojas
- Aquí. Puedes probarlo y hacer lo que quieras con el.
Una sonrisa coqueta se le formó en los labios y me tomo de la mano guiándome al sofá donde me senté y me acomode bajándome los pantalones hasta mis tobillos. La vi ponerse de rodillas enfrente de mi con sus hermosos ojos grises fijos en mi polla. Tenía una polla lo bastante grande que dejaba a cualquier mujer goteando, era grueso y estaba ligeramente curveado lo que hacía que me sea muy fácil hacer terminar a la mujer. Con su pequeña mano me envolvió la base y empezó a masturbarme lento y después fue agarrando más confianza y acelerando por momentos.
La vi relamerse los labios y solo esperaba el momento en el que me dejara gozar de esa hermosa boca. Enrede su cabello entre mi dedos dándole la invitación de probar y ella con gusto metió toda mi longitud en su boca, el cambio de temperatura me aturdido por un momento pero después el placer y el gozo se hizo presente. Puse mis manos a cada lado de su cabeza y empecé a mover mi cadera follando la con gusto y placer. Sus ojos se voltearon quedando blancos.
Varias lágrimas se le deslizaron por sus mejillas y eso solo hizo que me pusiera más duro.
- Ponte en cuatro.
Paula hizo caso y con sus rodillas en el suelo y su pecho en la mesa del centro me la folle sin piedad, mis muslos hacían sonidos contra los de ella. Sus gemidos eran fuertes casi como gritos. La sujete de los hombros hundiendome mas en ella.
- ¿Te gusta que te folle?
- ¡Si!... ¡oh mierda!... Follame más. ¡Más duro!
- ¿Te gusta maldita perra? -Le apreté el cuello pegando su espalda a mi pecho, sus manos se apoyaron en la madera de la mesa por si la soltaba, acune sus tetas pellizcando sus pezones- ¿quieres más?
- ¡Si! Dame más ¡Follame como tú puta!
Salí de su interior y la puse con la espalda contra la mesa, sus manos estaban en mis brazos y sus piernas encima de mis hombros dejando su coño apretado y listo para mí. Me hundi en ella sintiendo como sus paredes se contraian por la intromisión, su boca se abrió dejando un fuerte gemido.
- Dale pídeme más como la puta que eres.
- Mas. ¡Follame mas duro! ¡Rompeme el coño!
Puse mis manos en la orilla de la mesa junto a su cabeza y empecé a moverme lo más rápido que mi cuerpo me permite. Cerre los ojos sintiendo como su coño me llevaba a la cima viendo estrellas. Sus uñas se enterraron en mis muñecas cuando me sujeto buscando una clase de estabilidad. La mesa empezó a moverse hacia la pared por la fuerza en que la follaba.
- Estás tan rica... ¡Mierda! Necesito que tú me folles ahora
La jale hasta que quede sentado en el mueble y ella encima de mi, acomodo sus brazos en el respaldo y yo pase mis brazos por debajo de sus piernas poniendo mis manos en sus nalgas. Empecé a moverla indicandole la fuerza y la rapidez que deseaba. Ella empezó a moverse dejándome quieta y disfrutando de como me hundía en ella sintiendo sus paredes contraerse. Sujete sus senos y los acerque a mi boca lamiendo sus pezones alternativamente.
- Dale. Follame mas fuerte. Soy tu objeto s****l. Follame -Sus ojos se pusieron tan oscuros que me puse más duro si es que eso es posible. Puse mis manos en su cuello apretando ligeramente, me deslice más para quedar en la orilla del mueble y así poder moverme con más rapidez.
Su cuerpo empezó a rebotar encima de mi haciendo que gimiera ya que se sentía maravilloso estar en ella. La sujete de la cintura obligándola a subir hasta que la punta de mi polla estuviera en su mera entrada para después bajarla de golpe haciendo que ambos gimieramos.
- Córrete para mí. Se una buena niña.
Sentí como empezó a temblar si cuerpo, la empuje dejándola acostada en el sofá y le metí 3 dedos sin avisarle y la penetre con fuerza haciendo que ella se retorciers. Pegue mi boca a su clítoris y eso la ayudo a correrse mojando todo el mueble y me lo tome con gusto. Me levanté y saque mis dedos de ella. Me acomode en su cara poniendo mi rodilla en el posabrazos atrás de su cabeza y le empuje mi polla en la boca follandola y llegando hasta el fondo de su garganta. Sus labios se pegaron a mi pelvis mientras mi semilla se deslizaba por su garganta hasta tragársela.
- Feliz cumpleaños hijastra.
Susurré contra su coño repitiendo todo lo que ya habíamos hecho pero en todas y cada una de las habitaciones de la cabaña. Disfrutando de mi hijastra.