[Capítulo 24: Quédate conmigo] Punto de vista Rosie. Moscú, Rusia. El médico llega bastante pronto y de inmediato abre la camisa del Boss con unas tijeras. Yo permanezco a un lado, sin impedir el trabajo del doctor y tomando con mucha fuerza la mano del Boss. Nikolai está consciente, su rostro girado hacia mí y sus ojos mieles mirándome fijamente. Bajo mi mirada y nuestros ojos se encuentran. Él es tan perfecto que, aun estando herido, es capaz de sonreírme para que yo mantenga la calma. No sé en qué momento el doctor le puso anestesia, pero el hecho es que el Boss parece no tener ningún tipo de dolor. Mientras me mira, es como si intentara calmarme a mí y decirme que todo está bien, que no le duele. ¿Como puede preocuparse más por cómo me siento yo y no por el estado crítico en