[Capítulo 10: Casi dos sin libertad] Punto de vista Rosie. Moscú, Rusia. Soy llevada a una especie de sala médica confirmando que este lugar es un laberinto. No sé cómo hace Nikolai para no perderse entre tantos muros y puertas, creo que yo he quedado mareada después de tanto. Después de desayunar humanamente por fin después de tantos días, él le ha pedido a una joven con uniforme del servicio que fuera a buscar unos zapatos para mí. La sola mención de ello me creo una emoción muy grande, creí que me dejaría salir por fin más allá de estos muros, pero no fue así, tan solo resulté metida en una especie de consultorio médico con el Boss a mi lado sentado muy tranquilo, como si estuviéramos realmente en una sala de espera de un hospital X y él no fuera uno de los mafiosos más buscados de