8 EOFORWIC, 750 AD Y SIGLO XXI Desde su asiento en la proa, Jake olía a York antes de ver la ciudad. El hedor de las calles Anglo-Sajonas flotaban río abajo en la brisa contraria. Estar fuera del barco y poner pie en tierra firme lo alegró, a pesar de la molesta sensación en sus fosas nasales. Consiente que necesitaba estar cerca de Cynewulf, Jake pasó por encima de las sogas, evitando a los hombres que todavía dormían y aquellos que trabajaban para avanzar por el barco. Él se mantuvo en silencio, porque su única oportunidad de comunicación con el poeta era permanecer sin detectar. Su plan era simple. Cynewulf sería arrojado a prisión y Jake compartiría su confinamiento. Cuando los guardias arrastraron al escritor en sus pies y lo empujaron hacia el lado del barco para desembarcar, Jake