En la habitación de invitados de la casa de su hermano, Taylor yacía recostado sobre su espalda en la cómoda cama con colchón extra suave y un edredón color rojo sangre. Su mirada, yacía sobre el techo de la habitación, observando sin ver nada realmente. Su mente se encontraba vagando en lo que había sucedido hacía solo unas horas en su departamento. Y a pesar de que obviamente le deprimía el hecho de que todo hubiera resultado destrozado y desordenado, nada le quitaba al omega la molesta sensación de haber sido profanado, invadido, ensuciado. Sí, sabía que esas eran palabras que generalmente uno utilizaría cuando recibían un ataque hacia su persona, pero... ¿A caso no podría considerarlo de esa forma también? Después de todo, si no hubiera pasado la mayor parte del día con Boris, lo
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