Cuando inicio el evento Gilbert subió a una tarima para agradecer la presencia de los estudiantes y después termino dando un discurso motivacional para los jóvenes, de nunca rendirse y siempre ir en busca de sus sueños. -Hace un par de años cuando Alejandro acababa de cumplir 18 años mis papás tenían un montón de deudas, ellos habían hecho un préstamo en el banco para abrir su primer hotel, ¿Te imaginas cómo era? Ni siquiera era un gran edificio, apenas era una pequeña casa de segunda planta que lo único bonito que tenía era la vista, algunas puertas del hotel no cerraban bien porque la madera estaba podrida – sonrió con un poco de nostalgia – Enviaron a Alejandro a la universidad con un gran sacrificio, en esos años prácticamente mis padres solo se podían hacer cargo de la universidad d