—¿Se ha interrogado a mi padre con violencia? —se había preocupado don Giuseppe. —Por la copia de la declaración se ve que no, don Nono: pone que confesó espontáneamente. Lo mismo que los demás. Don Giuseppe no estaba convencido del todo, ya que sabía que los agentes de los servicios podían ser bastante bruscos. El inspector había continuado: —Don Nono, junto a los informes se me ha dado la orden taxativa del alto mando astronáutico de convocarle e informarle en cuanto hubiera desembarcado. He tenido que hacerlo, pero con gran desagrado, créame. Por otro lado tengo el deber, y también el consuelo de que, de acuerdo con el reglamento, tiene tres días, a partir de ahora, para tratar de demostrar a la Astromarina que, en todo caso, los servicios de información se equivocan. En concreto, n