El clima aquí siempre es nublado, llueve un día sí y el otro también, haciendo que todo luzca muy gris, podría incluso decir algo muy poético como que el cielo refleja mi vida, pero no tengo esa suerte, creo que una mejor descripción para mi existencia sería una lluvia torrencial con muchos rayos.
Quizás un poco melodramático, considerando que hay un par de personas que me quieren y están conmigo, quizás solo soy una perra malagradecida, pero la verdad es que el amor que esas personas me pueden dar no es el tipo que necesito, así que sí, por eso prefiero comparar mi vida con un clima mucho más vil que simples nubes grises y lloviznas refrescantes pero molestas.
- ¿Estas escuchándome, maldita zorra? – no me molesto en fingir que esto está bien porque no es así. Volteo con la mirada baja, no por miedo, sino por decepción. Otra vez escogí mal, otra vez lo arruiné, otra vez no valió de nada esforzarme por complacerlo, él no me va a amar, ni siquiera llega a respetarme.
- Chris… - comienzo dispuesta a dejarlo aquí, no me importa si es frente a todo el instituto, sé que eso lo molestará porque se sentirá humillado, pero me siento tan cansada, llevo meses intentando hacer que me ame, lo hago todo por y para él, y lo único que he recibido son insultos y humillaciones.
Es ridículo seguir perdiendo el tiempo con él, por mucho que lo quiera, él no va a regresarme ni una cuarta parte de lo que he dejado por él.
- No te di permiso a que hablaras, perra – suelto otro suspiro, esto será bastante difícil y es porque él es muy orgulloso - ¿Hiciste mi tarea? – inclino la cabeza confundida, sin saber a qué se refiere. Él nunca pidió que se la hiciera.
Volteo alrededor y es cuando noto que su gran grupo de amigos está apreciando la escena. Ya entendí que es lo que quiere, hacerme ver como si fuese su mucama o algo por el estilo. A veces, los hombres son sorprendentemente estúpidos con su necesidad de humillar a otro para sentirse más grande.
- Hablaremos después – es la única respuesta que le doy cuando a la distancia veo a Samuel observándonos con fijeza.
- No te he dado permiso – me detiene por el brazo, pero yo solo necesito señalar a mi hermano para que él lo vea y me suelte. No sé qué tendrá Samu, pero eso siempre funciona para poner a los hombres en línea, como si les asustara.
- Voy con mi hermano, hablaremos luego – Chris mantiene la vista fija en la gran figura de Samuel y me deja ir sin otro de sus espectáculos, aunque creo escuchar que lo insulta por lo bajo.
- ¿Está todo bien? – pregunta con su voz gruesa una vez llego a su lado. Vuelvo a suspirar con pesadez y niego, estirando la mano para tomar la suya y así calmarme. Su contacto siempre me brinda tranquilidad.
- No, lo volví a arruinar, Chris no es el indicado – es algo que me pone bastante triste porque tuve mucha esperanza de haber elegido bien está vez, él era caballeroso, lindo, además de que es muy guapo, siempre me esperaba entre clases, me acompañaba a la otra y en la hora de la comida hacia que lo esperara en la mesa mientras iba por nuestros almuerzos.
Después no sé qué demonios le pasó como para que de un día al otro se enfrascara de querer demostrar en la escuela que él tiene todo ese poder sobre mí, es un poco molesto, pero me duele porque lo amo.
- No es tu culpa, ángel, es de ese malnacido – escupe con odio soltando mi mano, quiero impedir que lo haga, siento como que en serio necesito que me toque, pero entonces pasa su brazo por mis hombros y me empuja más cerca suyo, dejando un beso en la cima de mi cabeza – Tu eres perfecta, y si él no lo ve que se joda – asiento, mucho más cómoda ahora que esta abrazándome.
- Quizás no es su culpa, estoy segura que uno de sus amigos le dijo algo y por eso cambió – me encojo de hombros e ignoro las miradas que nos dirigen las personas cuando entramos al comedor.
Siempre nos miran raro cuando estamos juntos, no entiendo por qué, bueno, la verdad es que sí, he escuchado los rumores sobre mí siendo una zorra y de Samuel siendo escalofriante, pero lo que no entiendo es de donde salieron.
Samu es el chico más tierno del mundo, como un oso de peluche gigante, y yo, bueno, nunca he estado con un hombre fuera de una relación formal y tampoco me he metido en medio de una pareja.
- Claro que es su culpa, no importa que digan los demás, que te trate de esa forma es imperdonable – me vuelvo a encoger de hombros sin saber cómo responderle al respecto y nos sentamos juntos, yo no tengo hambre, pero por otro lado, él siempre prefiere cocinar y traer la comida que tomar la de acá, gracias a eso nos ahorramos hacer fila.
Mi hermano siempre prefiere la comida hecha en casa que de otros sitios, por lo que normalmente alguno de los dos cocina algo, más que todo yo, que aprendí a cocinar por él y porque mi primer novio decía algo como que si una mujer no sabe cocinar no sirve para ser una esposa.
Fue una razón un poco tonta, pero al final le cogí el gusto, me gusta hacerlo, pero hoy no pude porque Chris me llamó temprano diciendo que quería que fuese a su casa y venir juntos al instituto.
- Creo que hoy le terminaré – le sonrió un poco mientras lo veo sacar su comida y engullirla con gula y con el entrecejo un poco fruncido, seguro volvió a faltarle sal.
Él intenta ayudar en la casa ya sea cocinando o limpiando, pero hace mucho mejor lo segundo que lo primero. Le haré algo muy rico de cena para compensar el no haberle hecho el almuerzo de hoy.
- ¿Estás segura? – lo pienso un poco, pero termino asintiendo. Chris es quizás uno de los novios que más he querido sino el que más, y es que en serio en un inicio era tan maravilloso que me sentía en una película.
- Amar no es humillar de esta manera – bajo la mirada recordando cómo me hablo más temprano cuando fui a su casa frente a su familia. Nunca me había sentido tan apenada como en ese momento – Tiene como un mes que hace estas cosas tan desagradables frente a las personas y sé que lo hace para avergonzarme, es molesto y me dan ganas de llorar.
- ¿Qué hizo? – levanto la vista y noto como Samuel aprieta la mandíbula tanto que siento que la va a romper, entonces estiro mi mano y se la acaricio con ternura, logrando que se relaje.
- Estaba desayunando con su familia y ahí frente a ellos tocaba mis pechos y decía cosas desagradables para que todos escucharan, era tan depravado, no me molesta que lo haga en la intimidad si eso es lo que le gusta, pero es tan vergonzoso frente a alguien más – podría haberme quedado callada porque sé que eso molestará mucho a Samu, pero es imposible para mí ocultarle algo a él.
Por ahí escuché que el alma gemela no es necesariamente una pareja, a veces puede ser un amigo o en mi caso, mi hermano, Samuel me complementa y no me veo en una vida sin él, lo amo, por eso es imposible para mí mentirle u ocultarle algo.
- Ese maldito – lo escucho murmurar con tanto enojo que me abrazo a uno de sus brazos y restriego mi mejilla en su bíceps - ¿Qué más hizo? – dudo por un momento, pero como mencioné antes, es imposible para mí mentirle.
- Tambien frente a nuestros amigos, lo hace mucho, ya le dije una vez que eso me molesta y se disculpó y me dijo que no lo haría otra vez, pero sigue con lo mismo, vuelve a repetir que no más y al día siguiente de nuevo, es como un ciclo eterno – también le he preguntado el motivo de su actitud y me dice que los chicos lo molestan por lame culo o algo así, entonces dije que está bien, si no se sentía bien tratándome como siempre podría frenarse un poco.
Pero no esperé que se volviera tan cruel, igual cuando estábamos solos era otra vez ese chico del que me enamoré, sin embargo, solo basta la presencia de alguien más para cambiar otra vez.
Dije que lo soportaría, lo amo y por él soy capaz de eso, pero ha pasado tanto tiempo y la situación no hace sino empeorar.
- Ángel – suspiro apretando el agarre que tengo en su brazo.
- Lo sé, quería seguir intentándolo, pero ya siento que pierdo el tiempo, lo mejor será seguir buscando – se zafa de mi agarre y hago un puchero, pero no pasa mucho antes que él me rodee con sus dos brazos y entierre la cara en mi cabello.
- No tienes que tener a alguien a tu lado para ser feliz ¿por qué sigues buscando un novio? – esa es una pregunta que me han hecho mucho, pero por más que intento explicarles no entienden.
Aunque todo sería más fácil si yo supiese elegir más correctamente, pero es lo que hay.
- Me siento tan sola si no tengo a alguien junto a mí que siento que me ahogo, ya te lo he dicho Samu, necesito encontrar al amor de mi vida, estoy tan cansada de los errores – mis padres hicieron sonar esto como si fuese fácil.
Ellos se conocieron en el instituto gracias a que un profesor los juntó para que hicieran un trabajo juntos y se enamoraron, así, tan sencillo como se oye.
- No estás sola – acaricia mis brazos y me siento tan cómoda entre los suyos que entierro mi cara ahí.
- Sé que estas tu y la abuela, pero es diferente, sabes que lo es – aprieto su camisa entre mis manos esperando que nunca se separe de mí, pero es algo que termino haciendo yo cuando escucho la voz de mi novio llamarme – Te veré en casa, te quiero – con pesadez me pongo de pie y beso su mejilla antes de caminar al grupo de gente que me espera.
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- Tu hermano es muy extraño, creo que ese enfermo está enamorado de ti – los chicos empiezan a reírse y me molesto.
- Te he dicho que no hables mal de Samuel – digo suavemente intentando no hacer incomoda la situación, pero haciéndome escuchar con firmeza. Le permito muchas cosas a mis parejas, pero hay dos que son intocables y una de esas es meterse con Samu o la abuela.
- Es verdad Ariel, él te mira como si te amara – dice otro de los chicos. Ahora mismo estamos en casa de Chris con sus dos amigos más cercanos, Cesar y Latrell, por algún motivo los demás nos quisieron acompañarnos, no sé porqué no me lo dijeron antes, sino hubiese pasado de esto.
- Por supuesto que nos amamos, crecimos juntos – en realidad no somos hermanos y es algo que se supone que sabe todo el mundo, pero debido a que desde muy chicos fuimos criados como tal, se nos trata como si lo fuéramos, ignorando la realidad.
Algo que no me molesta para nada, lo amo y a pesar de lo que nos empujó a vivir juntos, estoy feliz de haberlo tenido en mi vida desde entonces.
- No, ese tipo de amar no.
- Seguro ese enfermo se roba su ropa interior y se masturba con ella.
- Capaz te espía mientras te bañas y se mete mano con tus fotos – empiezan siguen burlándose y yo no puedo soportarlo más, mucho menos al ver como Chris se une sabiendo cómo me molesta que se metan con mi hermano.
- Chris, vamos a hablar en la cocina – no espero que diga nada y me adelanto al lugar, sabiendo que, aunque le gustaría replicar o rebajarme, me seguirá, no tiene otra opción, o lo hace o me marcho de la casa y no me vuelve a ver.
- ¿Qué ocurre? Te había dicho que no me hables así frente a ellos – masculla con enojo, pero eso es lo de menos, ya estaba cansada, y que insultara de mi hermano de esta manera es la gota que rebaso el vaso.
- Terminamos, no quiero estar más contigo – digo de tirón aprovechando la valentía y soportando las lágrimas porque hubo momentos malos, pero tambien buenos.
- ¿Qué?
- Que no quiero estar más contigo, las humillaciones solo empeoran y después hablas así de mi hermano y sabes que eso no lo tolerare, es suficiente… - mi cabeza gira bruscamente a la izquierda y siento un dolor tristemente familiar en mi mejilla.
- ¿Quién te crees que eres para terminar conmigo, perra? Que quede claro que soy tu dueño – no es primera vez que un hombre me pega, pero me puedo atrever a decir que en esta ocasión me dolió mucho más que antes.