Apenas logramos evitar a la abuela y llegar a mi habitación sin incidentes. No me gusta ocultarle cosas, pero siendo tan reciente lo de Chris, no quiero atosigarle con otra cosa. Ya ella ha tenido suficiente de mí. Los dos nos sentamos en mi cama, pero sin tocarnos, solo uno frente al otro, él viéndome tan fijamente que puedo sentirlo, aunque tengo la vista baja, avergonzada y todavía un poco asustada por lo ocurrido. - ¿Me dirás que pasó? – asiento con la cabeza, pero aun así todavía no digo nada. Siento que si abro la boca lloraré hasta quedarme seca. Escucho como suelta un suspiro y cuando me doy cuenta, él se sentó a mis espaldas y ahora me rodea por completo. - Dime que pasó – vuelvo a asentir y cuando apenas me lleno de coraje y empiezo a hablar, él suelta una exclamación baja -