- Niños, a despertarse – un poco apurada, Crystal entra en la habitación del joven, sintiéndose mal por despertar a ese par que descansaba abrazados y cómodos, con rostros llenos de tranquilidad, sin pesadillas.
Lo que hubiese esperado después de lo sucedido, pero solo bastaba que los dos estuviesen juntos para poder espantar los demonios que los acechaban en su inconsciencia.
- ¿Abuela? – primero se despierta el chico, pasando sus manos por su cara en un intento por avisparse.
- Tienen que irse de aquí pronto – en un par de horas comienzan las clases, lo que significa que la entrada del instituto se llenará de estudiantes y profesores y es muy poco probable, por no decir imposible, que nadie se dé cuenta del cuerpo que debe seguir ahí tirado.
Tampoco duda que la policía, entre ellas,
