- ¿Estás segura de esto? – niego muchas veces con la cabeza, pero, aun así, levanto la guardia tal y como me enseñó hace unos minutos y veo con un poco de miedo las manos de Samu enguantadas con esas cosas para que lo golpee y no le haga daño. Sé que él no me lastimaría, pero ¿qué y si yo lo hago? Oh por dios esto es una muy mala idea. -Los guantes protegen bastante pero igual tendrás roces en tus nudillos y la verdad es que prefiero que no hagas algo que pudiese dañarte – por el contrario, a mí, él sigue con las manos bajas, bastante dudoso de seguir con esta idea. - Sam, yo también quiero ser fuerte, no siempre estaremos juntos – su rostro se endurece y llega frente a mí en un santiamén. Ni siquiera supe en qué momento se sacó los guantes, pero ahora lo tengo tan cerca de mí que nuest