Dexter La conduzco hacia arriba por los escalones. Me sorprendió cuando dejó su mano en la mía después de ayudarla a salir por la puerta. Entramos por la puerta y la miro de reojo. Simplemente camina a mi lado, mirando a su alrededor, pero luego volviendo la vista al frente. Aún no estoy seguro de lo que quiero hacer, pero tenerla tan cerca evita que mi dragón se inquiete. Decidí que se quede en el mismo piso que yo, en una habitación de repuesto. No quiero que se quede en los cuartos del personal. No están mal, pero tampoco son tan buenos, y la idea de tenerla tan lejos de mí no le gusta a mi dragón. Paramos frente a las puertas del ascensor. —¿Tienen un ascensor en la casa? —pregunta ella con una expresión de sorpresa en su rostro. —Claro, querida —le responde mi madre, alcanzan