Maxine Justo cuando pensé que no iba a parar, la puerta se abre y escuchamos a alguien aclarar la garganta. —Perdóneme, señor, pero el auto está listo. Drake deja mis labios. —Hank, ¿no puedes ver que estoy ocupado? —Su voz es áspera, suena más profunda, —Sí, señor, me disculpo, pero si no se va ahora, no llegará a su destino a tiempo. Drake no quita los ojos de mí. —No me importa si llego tarde —le gruñe—. ¡Ahora sal de aquí, Hank! Ni siquiera espera para ver si Hank se va o no, vuelve a tomar mis labios, mordiéndolos y chupándolos. Las lágrimas siguen corriendo por mis mejillas. —Señor, si te apareas con ella ahora, Brenda lo sentirá. — Drake suelta aquello, interrumpiendo de nuevo. —¡Déjala! —le grita a Hank—. Hank, última vez, ¡fuera! Veo cómo sus ojos comienzan a volvers