Prólogo

565 Words
Se dice que en la vida todo se paga, el karma existe y cuando menos espera te golpea y lo hace con más fuerza. Ronald Wilson, dormía con cuántas mujeres pudiera, no hubiera una que no resistiera a sus encantos, él solo tenía dos simples reglas, no dormir con mujeres casadas y no dormir con su secretaria. Una noche, en un evento donde tenía que usar antifaz, vio a una bella dama, morena, delgada, ojos color avellana, y unos labios perfectos, sabía que esa noche pasaría con ella. Elena Rodríguez, quién había asistido a este evento porque su mejor amiga Jacqueline Díaz le había dicho que su padre, quien Elena no conocía, estaría aquí, sin embargo, lo que no Elena no sabía era que Jacqueline tenía mucha envidia de ella. Sin que Elena se diera cuenta, tomó la bebida que Jacqueline le dió, pero está tenía un afrodisíaco, dónde despertaría cualquier impulso s****l. Ronald se acercó a Elena para invitarla a bailar, pero mientras lo hacían cada vez se iba pegando más a Ronal, hasta que él no resistió más y la llevó a una habitación privada. Elena no pudo controlarse más y lo único que le pedía a Ronald era que la hiciera su mujer, sin embargo, Ronald no quería conocer la identidad de la mujer, así que no le retiró el antifaz, pero desnudando el resto de su cuerpo, el cual le pareció perfecto. Mientras él estaba con ella se percató que aún era virgen y esto le animó más, la joven parecía que fuera alguien experimentada, pero la mancha de sangre demostraba que era su primera vez. Ambos terminaron saciados, Ronald se vistió y dejó a la jóven en la cama, quién parecía que aún no despertaría. Jacqueline vió como salía un hombre de la habitación donde vió entrar a Elena, sin que nadie se diera cuenta, ella entró y tomó unas fotos con su celular, captando el desastre que había en la cama, la desnudes de Elena sin el antifaz y la mancha de sangre. Salió de la habitación y tomó a un camarero que iba pasando. —Te daré $5,000 dólares si te tomas una foto. El camarero dudo un poco, pero solo era unas fotos, era dinero fácil, aceptó y entró a la habitación. —Desnudate y acuéstate con ella. El hombre no pensó que tendría que hacer algo así, aunque la joven que estaba en la cama tenía un cuerpo tallado por los mismos dioses, pero era aprovecharse de ella. —No puedo, ella está dormida. —Te daré $10,000 dólares entonces. El joven al escuchar el doble del dinero no dudó en desnudarse, sin importar que Jacqueline lo mirará, se acomodo en la cama con Elena y Jacqueline siguió tomando fotos. El camarero aprovechó a tocar un poco el cuerpo de Elena, las fotos parecían como si realmente estuviera teniendo sexo con ella. —Suficiente —dijo Jacqueline, puedes irte. —No me dejé así, déjeme disfrutar de ella. —Vete. —¿Dónde está mi dinero? —No hay dinero, tengo evidencia suficiente para demostrar que te aprovechaste de ella, puedo enviarte a la cárcel si lo deseo. El camarero no esperaba que él también cayera en la trampa de ella, aunque quisiera discutir no podría ganarle, así que se vistió y salió de esa habitación, pero esa misma noche fue su último día de trabajo.
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