Secuestro

1241 Words
Después de su encuentro con Jennifer en el hotel, Ronald se retiró con determinación, convencido de que había tomado la decisión correcta al mantenerse firme en su postura. Sin embargo, al llegar a casa, se encontró con una Elena visiblemente molesta y agitada. —Ronald, ¿qué está pasando? —preguntó Elena, con una mezcla de preocupación y frustración en su voz. Ronald frunció el ceño, confundido por la reacción de Elena. —¿Qué sucede, Elena? ¿Por qué estás tan molesta? Elena sacó su teléfono y le mostró a Ronald una serie de fotos que había recibido, mostrándolo a él y a Jennifer en una situación comprometedora en el hotel. —¡¿Qué es esto, Ronald?! —exclamó Elena, con lágrimas en los ojos—. ¿Qué estabas haciendo con ella? Ronald se quedó sin palabras, impactado por las imágenes que veía frente a él. Sabía que la situación se vería mal a los ojos de Elena, pero nunca esperó que las cosas llegaran a este punto. Mientras Elena mostraba las fotos a Ronald, su expresión de decepción y dolor se mezclaba con un rastro de resignación. —Ronald, siempre supe que lidiar con tu pasado como mujeriego sería un desafío, pero nunca imaginé que sucedería tan pronto, y mucho menos con la misma mujer que te acusó de mal padre —dijo Elena, con la voz entrecortada por la emoción. Ronald sintió un profundo remordimiento al ver el dolor en los ojos de Elena. Sabía que sus acciones habían alimentado los temores y las dudas que ella había tenido desde el principio de su relación. —Elena, te juro que no fue lo que parece. Jennifer me llamó para hablar sobre la demanda, y aunque inicialmente intentó seducirme para que retirara la demanda, me mantuve firme en mi posición —explicó Ronald, con urgencia en su voz mientras intentaba reparar la confianza perdida. Pero Elena sacudió la cabeza con tristeza. —No importa cuáles sean tus razones, Ronald. Las imágenes hablan por sí solas. Me duele ver que caíste tan fácilmente en sus trampas. Ronald bajó la mirada, sintiendo una mezcla de vergüenza y arrepentimiento. Había dejado que su pasado volviera para atormentarlo y, en el proceso, había herido a la persona que más quería en el mundo. —Lo siento, Elena. No debería haberte decepcionado de esta manera. Te prometo que haré todo lo posible para enmendar mis errores y recuperar tu confianza —dijo Ronald, con sinceridad en su voz mientras buscaba desesperadamente una forma de reparar lo irreparable. El dolor que Elena sentía era profundo y complejo. Aunque había descubierto la verdad sobre su pasado y había encontrado consuelo en la conexión que compartían como Wilson, aún así había esperado que con ella, Ronald fuera diferente. La revelación de las fotos la golpeó con fuerza, haciendo añicos la esperanza que había guardado en lo más profundo de su corazón. Mientras Ronald intentaba explicarle, Elena luchaba por procesar la magnitud de su decepción. La confianza que había depositado en él se tambaleaba, y la sensación de haber sido traicionada por la persona en la que más confiaba era abrumadora. —Ronald, creí... creí que éramos diferentes —murmuró Elena, su voz quebrada por la angustia—. Pensé que, a pesar de todo, podíamos superar el pasado juntos. Ronald sintió un nudo en la garganta al escuchar el dolor en las palabras de Elena. Sabía que había defraudado no solo sus expectativas, sino también su propia promesa de ser un hombre diferente. —Elena, te juro que lo somos. Cometí un error, pero eso no cambia lo que siento por ti —dijo Ronald, con desesperación en su voz mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para reparar el daño que había causado. Pero Elena simplemente se apartó, envuelta en su dolor y su decepción. Aunque Ronald había sido fundamental en su búsqueda de la verdad sobre su pasado, ahora se sentía perdida en un mar de confusión y desilusión. —Necesito tiempo, Ronald. Tiempo para pensar, tiempo para sanar —dijo Elena, con un susurro apenas audible antes de desaparecer en la oscuridad de la casa. Ronald se quedó solo, con el peso de su error pesando sobre sus hombros. Sabía que reconstruir la confianza rota con Elena sería una tarea monumental, pero estaba determinado a hacer todo lo posible para demostrarle que era digno de su amor y perdón. Después de la difícil conversación con Elena, Ronald sintió una mezcla de desesperación y determinación. Sabía que necesitaba hacer lo que fuera necesario para resolver la situación con Elena y proteger su reputación. Sin perder tiempo, Ronald llamó a Martín y le dio instrucciones precisas para localizar a Jennifer y llevarla al lugar de siempre, donde podrían hablar en privado y resolver el conflicto de una vez por todas. Sin embargo, cuando Martín comenzó a rastrear a Jennifer, descubrió algo alarmante: Jennifer había sido secuestrada poco después de salir del hotel donde se había reunido con Ronald. Después de recibir la noticia del secuestro de Jennifer, Ronald se sintió abrumado por la preocupación. Inmediatamente llamó a Martín para obtener más detalles. —Martín, ¿qué has descubierto sobre Jennifer? —preguntó Ronald con urgencia. Hubo un breve silencio antes de que Martín respondiera con una voz tensa. —Señor Wilson, parece que Jennifer fue secuestrada poco después de salir del hotel. No tenemos más información por ahora. La noticia golpeó a Ronald como un balde de agua fría. Se sintió culpable por haberla dejado sola después de su intento de manipulación en el hotel. Sin embargo, no podía permitirse quedar paralizado por la culpa ahora. —Debemos actuar rápido. Contacta a la policía de inmediato y proporciónales todos los detalles que tengamos. No podemos perder ni un segundo más —ordenó Ronald, con determinación en su voz. Mientras tanto, Elena, que había escuchado la conversación, se acercó a Ronald con una expresión preocupada pero determinada. —Ronald, ¿qué está pasando? —preguntó, con la voz temblorosa por la angustia. Ronald respiró hondo, tratando de mantener la calma mientras le explicaba la situación a Elena. —Jennifer ha sido secuestrada. No sabemos quién está detrás de esto, pero necesitamos encontrarla lo antes posible. Elena frunció el ceño, como si estuviera pensando en algo. —Ronald, ¿has considerado todas las posibilidades? Quizás el secuestro no sea tan aleatorio como parece. Ronald levantó una ceja, confundido por las palabras de Elena. —¿A qué te refieres? Elena tomó una respiración profunda antes de continuar. —Ronald, tal vez deberías considerar que alguien podría estar tratando de dañar tu reputación. Específicamente, alguien que esté resentido por lo sucedido en el hotel. Las palabras de Elena enviaron una oleada de comprensión a través de Ronald. Comenzó a conectar los puntos y a darse cuenta de la posibilidad de que alguien estuviera usando el secuestro como venganza por las fotos comprometedoras. —Tienes razón, Elena. No había considerado esa posibilidad —admitió Ronald, impresionado por la perspicacia de Elena. —Quizás deberías pensar en todas las personas que podrían tener motivos para hacer algo así. Podría ayudarte a encontrar a Jennifer más rápido —sugirió Elena, con una mirada significativa. Ronald asintió, agradecido por el consejo de Elena. —Tienes razón, Elena. Investigaré todas las posibilidades. Y haré todo lo que esté en mi poder para encontrar a Jennifer y asegurarme de que esté a salvo.
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