Al día siguiente Emma no pudo ver a Adrian durante todo el día, cuando llegó la noche ella fue a su departamento, como no tenías las llaves tocó el timbre y esperó a que él le abriera la puerta. Él salió poco después, al parecer acababa de salir del baño, solo llevaba una toalla envuelta en su cintura, al mirar su maravilloso cuerpo ella le dijo. _ Me gusta este recibimiento. _ Lo siento, me estaba duchando. Emma se puso en puntillas para alcanzarlo, le dio un pequeño beso y le dijo. _ No te disculpes, ya te he dicho que me ha gustado tu recibimiento. _ Entra. Al entrar dejó su bolso en el sofá, Adrian la rodeó de la cintura y le preguntó. _ ¿Cómo fue tu día? _ Muy bien, ya está todo listo para la boda. _ ¿Estás nerviosa? _ Un poco, ¿Y tú? _ También estoy un poco nervioso. Emma