LAILA ... Me voy a casar contigo... Me voy a casar contigo... Me voy a casar contigo... Las palabras se repetían en mi cerebro sin piedad. Anoche no pegué ojo incluso después de que pasara la tormenta durante la noche no pude dormir las palabras de Nicholas rondaron mi mente durante toda la noche. Me voy a casar contigo... Suspiré y cerré los ojos. Empiezo a tener dolores de cabeza con nuestra situación. No tengo ni idea de por qué mi vida se ha enredado con esta situación tan peliaguda. —¿Todavía no quieres irte de Grecia?—. Me dijo el multimillonario griego después de atender una llamada telefónica. —No te preocupes, volveremos a visitarnos pronto, Laila. Me quedé mirándole fijamente, que miraba atentamente la pantalla de su portátil y hablaba sin parar con el móvil desde que embarcó