Capítulo 4
Contiendas
Narra Amelia.
Terminamos de comer y él pide permiso para hacer una llamada, lo veo levantarse y lo detallo muy bien, alto, al menos un metro noventa, de tez blanca y ojos tan azules como el mismo mar, cualquier chica caería rendida a sus pies, incluso puedo ver cómo lo miran muchas mujeres mientras sale fuera del restaurante, lo miran con deseo, pasión y lujuria, pero yo no, mi mejor amiga cree que soy gay, porque desde la decepción amorosa que pase con el idiota de dominick no he salido con ningún otro chico e incluso, ni siquiera he pasado la noche con ninguno, no puedo negar que en ocasiones hace falta pero me dedico al trabajo al cien por ciento, no puedo dejar que mis estúpidas hormonas me controlen
Desde aquí puedo ver a Blake, caminar de un lado a otro, con su teléfono, él cree que es muy amable de su parte "dejarme" ir a ese viaje, que se hecho de igual forma iría, si es cierto que este matrimonio tendrá ciertos parámetros pero no dejaré que él crea que tiene algún derecho sobre mí, está muy equivocado, sonrío para mí misma porque este hombre no sabe lo que se le viene encima, él ha dicho que no promete fidelidad, pues yo no prometo hacerle la vida sencilla.
Lo veo caminar hacia mi y llega hasta la mesa y no se sienta
—¿Terminaste? Tenemos cosas que hacer antes de que te vayas de viaje, necesito que conozcas un lugar y acabo de colgar una llamada con mi abogado, necesito que los acuerdos estén firmados antes de irte.
¿Pero qué carajos le pasa a este hombre? ¿Por que todo tiene que ser, cuando, como y por qué él lo dice? Sonrío para mis adentros porque la verdad si he terminado, pero no pienso ponérsela sencilla
— Claro señor Green, pero tome asiento que aún me falta el postre — veo como gira sus ojos y se cruza de brazos
—Deja de comportarte como una niña Amelia, nuestro futuro está en juego, ¿Acaso no lo entiendes?
— eso pensaron nuestros padres al meternos en este embrollo, ¿Cómo puedes estar tan tranquilo Blake? ¿No te molesta por completo que controlen de esta forma tu vida? Ni siquiera me conoces. — lo veo sonreír
— Eso crees tú amargadita
—Deja de llamarme así, ya te dije que no me conoces
— Claro que te conozco Amelia, se todo lo que pueda saber de ti, se que estuviste viajando por todo el mundo, que te especializaste en negocios, que hace unos años ni siquiera querías el imperio que has construido actualmente, se tambien lo que sucedió hace algunos años con Dominick Black, te he investigado Amelia, lo sé todo.
Golpeo la mesa con rabia, ese nombre aún provoca rabia y resentimiento en mi
—no menciones ese nombre — digo con los dientes apretados
— Calma mujer — me dice mientras sonríe — solo quería demostrar mi punto
— si me conocieras de verdad estarías enterado de que en mi presencia no se pronuncia ese nombre.
El levanta las manos en forma de rendición, y yo me quedo callada, le hago señas al mesero para que traiga la cuenta y cuando llega le tiendo mi tarjeta de crédito.
El me la arranca de las manos diciendo
—¿Qué carajos haces? ¿Te has vuelto loca? Ninguna mujer paga la cuenta en mi presencia — este debe ser el hombre más ridículo del planeta
Veo como saca su tarjeta de crédito y yo también se la arranco de las manos
—No sé a qué clase de mujeres estás acostumbrado o a cuáles frecuentas pero yo estoy acostumbrada a pagar mis propias cuentas y todo lo que consumo — el se cruza de brazos un tanto molesto y observo a ver al mesero un poco confundido y nos dice
— Disculpen señores ¿Cuál de los dos pagará la cuenta? — pregunta confundido y ambos respondemos al mismo tiempo
— YO
lo veo girar los ojos una vez más, no soporta que lo contradiga pero a mí me vale, no pienso ceder a sus tontos caprichos de niño mimado, el mesero en su apuro por atender otras mesas nos brinda una solución.
— Disculpen señores, ¿Les parece si dividimos la cuenta a la mitad?
Yo asiento y Blake es quien habla esta vez
— No me parece, ya dije que yo seré quien pague la cuenta y punto, nadie le pidió su punto de vista — no puedo creer que sea un grosero de lo peor, tomo su tarjeta entre mis manos, a la altura de sus ojos y hago un poco de fuerza, partiendola en dos frente a él, su cara es un poema, está completamente asombrado por mi comportamiento, pero me molesta la forma en la que trato al joven que nos atiende, en cuanto a él se ha quedado boquiabierta al ver lo que he hecho.
— Resuelto el dilema, dale mi tarjeta que yo p**o la cuenta— lo veo asentir en silencio, se que está molesto, vuelve a mirar la cuenta y hace lo mismo con mi tarjeta rompiéndola en dos
— Yo también sé jugar Amelia — saca unos billetes de su cartera y se los tiende al mesero que se retira un poco Apenado por presenciar nuestra discusión.
Veo como se pone de pie, acomodando su saco y me dice
—Vamos, que no tenemos mucho tiempo, déjenos las tonterías a un lado, iremos a conocer nuestro futuro hogar, mi bella y hermosa futura esposa — dice con sarcasmo y me molesta por completo que se refiera a mí de esa manera
Me pongo de pie acomodando mi vestido me acerco a él diciéndole
— Te prohíbo que me llames de esa forma — él se ríe de mí en mi propia cara diciéndome
— A mi tu no me prohibes nada, no eres mi jefa ni mi madres, acostumbrate de una vez porque eso es lo que serás, mi esposa, te guste o no, serás la futura señora Amelia Green