PROLOGO
Cinco años atrás.
Creía que conocía todo de la vida, me faltaban colores por añadir.
Y podía decir, que el transcurso de estas páginas fue lo que más ilusionó mi corazón y siempre volvería a la página uno, siempre volvería a ti.
Me quedaron siete preguntas, mismas que creía que con el tiempo podría responder.
La primera, ¿El amor es eterno?
Nos elevamos al punto más alto, para caer poco a poco en lo más profundo, caímos en picada por una sola acción, si pudiera remediarlo. Lo haría.
¿Nosotros cambiamos nuestro destino?
Muevo mi pierna de un lado a otro, cierro los ojos esperando que los nervios no me llevarán a las ganas de llorar, la universidad comenzaba en un mes, tenía unas notas impresionantes y la posibilidad de ser modelo, ya que una agencia en los Ángeles me había contactado hace una semana y mi entrevista sería en dos, mis metas eran elevadas y no quería frenarlas.
Y no es que dijera que un bebé frenaría mis metas, simplemente creo que no podría darle una vida digna.
Pongo la prueba sobre el lavabo y salgo del baño viendo a Irene, quien se veía nerviosa, tanto como yo. Tanto o más que yo.
Talle mi rostro desesperada con el nudo en la garganta presionándome con fuerza, quería llorar, ¡Lloraría!
Jace y yo siempre nos cuidamos, siempre hicimos todo con precaución, hasta que el condón se rompió la última vez, me tomé la pastilla del día siguiente esperando que esa pastilla solucionará mi inquietud, nos habíamos cuidado, solo que lastimosamente no había sido efectivo, mi periodo se había retrasado ya un mes y medio y mi vida estaba a manos de una pastilla, solo necesitaba el resultado de la maldita prueba de embarazo.
Sin embargo había mirado cientos de veces la película de Love, Rosie—mi película favorita—ella tenía un bebé a pesar de la pastilla también...
Me recuesto en la cama de Irene y tallo mi rostro, ella se sienta a un lado mío. —¿Ya sabes?
— La caja decía cinco minutos...—, Era un temporizador que definiría mi vida, eso me tenía mal.—No puede dar positivo Irene...
Mi voz salía en un nudo y ella se sentó junto a mi, puso su mano sobre la mía y suspiro.
—Ten fe...—, presionó levemente mi mano—. Todo saldrá bien.
Quería llorar y decirle que parara, sabía a perfección que intentaba ayudarme pero me ponía más de los nervios.
El sonido del temporizador suena y ambas nos miramos, la miro a ella con un puchero y se levanta acercándose a la prueba, solo escucho sus pasos contra el suelo y el sonido de su respiración, tenía miedo. Solo tengo 17 años, no estoy lista para ser mamá.
—Lily...—Su voz era baja y ahi mis esperanzas caen al suelo y mis ganas de llorar suben, como nunca.—Salió... Positiva.
Mis ojos se llenan de lágrimas y pongo mi cabeza entre mis manos, para quebrarme en llanto, me sentía muy mal, todo me daba vueltas y mi labio comenzó a temblar, las lágrimas en segundos salen de mi, siento sus brazos rodearme y ahí si rompo en llanto, tenía toda una vida por delante, sin embargo no tenía ni un solo peso con cual darle la vida que se merece, lo podía tener en una cuerda floja y no quería eso.
—No tienes que decirle a Jace si no quieres—, Pasó mi cabello detrás de mis orejas, con una pequeña mueca—, Esto es demasiado.
—Irene, es un bebé—, recalque lo obvio, con un nudo en la garganta—. nuestro bebé…
—No sabes si él quiere ser padre Lily—. Murmuró con amargura—.Esto podría afectarlos.
— ¿No crees que Jace quiera al bebé?—, mi voz se quebró.
—No... lo que digo es que te recomiendo que no se lo digas, dudo que el quiera ser padre y lo único que podrías provocar es que el te odie a ti o al bebe...
Asiento aún llorando y ella me abraza más fuerte, un embarazo cambiaba todo.
Una hora después.
Jace vino por mi a casa de Irene, solo me miraba en ratos preguntando si me encontraba bien, si quería que comprará algo, que si tenía hambre, mi corazón latía tan fuerte que podía escucharlo latir en mis oídos, retumbar, mis manos seguían temblando y sentía como sudaban, mis ganas de llorar eran tan grandes que sentía el nudo en mi garganta calarme, incluso el pasar saliva dolía. Él se detiene y me toma del rostro mirándome preocupado, sus pupilas se movían un poco mostrándome que me estaba mirando fijamente para ver si de esa forma podía entender que me pasaba, frunzo un poco las cejas y cierro los ojos, buscando las palabras adecuadas con las cuales decirle que sería padre.
- Amor...- apenas lo escucho le miro, sacándome de mis pensamientos, sus ojos me veían cada ves más preocupado—. Yo quería saber... Si de pues casualidad tu...
—Si yo te dijera que quiero que seamos papás...¿Quisieras?
—Yo...—, su boca se entre abrió un poco y vi como su nariz se movía.—Me gustas Lily, eres el amor de mi vida—recalcó—, pero aun no estoy preparado, iremos a la universidad…
Asiento y respiro con lentitud esperando calmarme, no estaba sucediendo. Apenas llegamos a mi casa le digo que estoy cansada y él se va a lo que yo subo las escaleras llegando a mi habitación, me miro en el espejo y me siento mal.
Adelantaría lo de los Angeles, me iré esta semana.
Irene tenía razón, ¿Y si al hacer esto él me odiaba? ¿Al bebé?
Necesitaba buscar un plan b, necesitaba irme de aquí lo más pronto posible.
Necesitaba a Jace…