CAPÍTULO VEINTIUNO

1838 Words
— ¿Y? ¿Me vas a decir si el plan sirvió? —pregunta Thalía, volviendo a visitar a Cleopatra. Ella la miró intrigada, mientras que Cleopatra suspiró con frustración y suspenso. — No, no sirvió. Aaron se levantó a mitad de la noche, pero me dijo que era por curiosidad. —Comentó, mirándola, ella frunció el ceño en respuesta y con cierta sospecha.— Tranquila, lo conozco perfectamente y sabría si él está involucrado, pero no es así. — Está bien si lo dices, eres tú la que lo conoce. —No confiaba, pero no le quedaba de otra. Ambas bajaron a la cocina al darse cuenta que no había nadie en la casa, se prepararon algo para beber y se sentaron en la isla junto con una carpeta.— Necesitamos evaluar a cada uno de tus amigos, todavía no sabemos quién puede ser el cómplice. —Dice Thalía, tomando un bolígrafo y examinando la hoja blanca,— Hagamos una lista de pros y contras de cada uno, eso tal vez nos ayude. —Cleopatra la miró dudosa, pero asintió mientras prestaba atención. — Empecemos con Aaron, él es astuto, suele pasar desapercibido y suele ser bueno para espiar, pero sus contras son que es muy torpe, le cuesta mantener el silencio y suele tener la lengua suelta, habla de más. —Thalía escribía mientras Cleopatra hablaba.— Vamos por Jordan, él es muy inteligente y tiene habilidad para hacerse amigo de cualquiera, pero le falta discreción y eso podría poner en riesgo los planes a seguir. — ¿Vas a hacer uno de Matteo o empezamos con las chicas? — Todavía estoy esperando que me responda, pero no creo que quiera saber nada sobre mí o sobre algo que lo vuelva a poner en riesgo. — Está bien, empecemos por Eva. — Eva, ella es muy leal a los suyos y tiene bastantes contactos, pero es muy honesta y, al igual que Aaron, lengua suelta. Y por último Hanna, ella es muy observadora y puede notar detalles que otros pueden pasar por alto, pero su relación con Eva suele entorpecer las cosas. Ambas mujeres se quedaron en silencio por un momento, reflexionando sobre la información. Hasta que Thalía finalmente rompió el silencio. —Creo que tenemos suficiente para empezar. Podemos hacer un perfil de cada uno y ver cómo podrían encajar en el plan. Pero necesitamos más información. Necesitamos saber no sólo sus fortalezas y debilidades, sino también sus motivaciones. —Opinó ella, Cleopatra asintió confiando en su hermana y cerrando la carpeta. —Tienes razón. Y creo que sé por dónde empezar, mañana hablaré con cada uno de ellos, individualmente. Podré ver sus reacciones y quizás descubrir algo más. —Perfecto— dijo Thalía, sonriendo con determinación. —Entonces, mañana comenzaremos la verdadera investigación. —Afirmó, comenzando a levantarse e irse de allí. Al día siguiente, Cleopatra se encontró con cada uno de sus amigos bajo el mismo pretexto de intentar una charla casual. Primero fue a la habitación de Aaron, al cual le tenía más confianza y conocía más, su conversación al principio fue bastante ligera, pero cuando ella comenzó a insinuarse e intentar hablar sobre secretos guardados y confianza él se mostró nervioso. Aaron la miró frunciendo el ceño y con su típica sonrisa ladeada mientras ella hablaba, asentía en algún que otro momento, siguiendo la conversación. — ¿Qué estás tramando? —Le soltó de golpe, sorprendiéndola, Cleopatra tragó en seco, dándose cuenta que había metido la pata. — No sé de qué hablas… — Cleo, hermosa, te conozco perfectamente, estás intentando sacarme algún tipo de información y no sé por qué. ¿Es por lo del otro día? ¿Por lo del sobre? — Puede ser. —Respondió ella, él era uno de sus puntos débiles por más que no quería aceptarlo. Terminó contándole gran parte del plan, y Aaron se quiso sumar, pero ella se negó. Una vez con Jordan, ella intentó ser más cautelosa y no revelar mucho sobre el plan. Él la miraba algo extraño, pero sin llegar a sospechar de alguna trampa, por más que sentía el ambiente pesado y la necesidad de encontrar algo. Jordan actuaba normal, sin nerviosismo, excesivamente relajado y calmado. — ¿Entonces? —preguntó ella. — ¿Por qué me preguntas sobre qué color me gustaría para las nuevas cortinas? Ya te he dicho, me gustan que sean blancas como las que están en este momento, le dan cierta clase y paz a la casa. — ¿Por qué insistes con el tema de las cortinas? Ya te lo he dicho antes, prefiero que sean blancas, como las que tenemos ahora. Hay algo en su pureza y tranquilidad que me habla, algo que resuena con la calma que se intenta mantener en esta casa. Además, el blanco es un color que oculta menos, ¿no crees? Es como si todo estuviera a la vista, sin secretos… sin sombras donde esconderse. Cleopatra miró a su amigo con una sonrisa enigmática y respondió con calma, —Entiendo tu preferencia por las cortinas blancas. La claridad y la simplicidad pueden ser muy reveladoras. Es curioso cómo algo tan simple como un color puede decir tanto de una persona, ¿no te parece? El blanco puede ser pacífico, pero también es impecable, deja todo a la vista, sin lugar para ocultar errores… o secretos. —La sospecha ante Jordan había aumentado innumerablemente. La conversación con Eva fue la menos reveladora, su honestidad habitual y su lengua suelta fueron muy entrometidas durante la charla, Cleopatra se dio cuenta casi al instante que ella no tenía nada que ver. Era muy fácil de descifrar, pero no ocultaba absolutamente nada. Y por último fue Hanna, esa chica era siempre un gran enigma, observadora como siempre, pero sin soltar mucho al respecto. Sin embargo, era casi igual de honesta que Eva y eso se notaba, no necesitaba prestarle demasiada atención para deducir quién podría ser el cómplice. Al final del día, Cleopatra y Thalía se reunieron nuevamente, ambas hablando sobre lo que Cleo había logrado conseguir. Había algún que otro comportamiento sospechoso y patrones consecutivos que podrían llevarla al cómplice, pero necesitaban continuar observando sus acciones y sus palabras. Thalía asintió, ante la información revelada, maquinaba el siguiente paso, mientras volvía a anotar en aquel papel. Cleopatra y Thalía, tras una larga noche de deliberaciones, habían trazado un plan meticuloso y detallado. Sabían que el cómplice estaba cerca, tal vez incluso entre su círculo más íntimo. La estrategia era simple: crear una serie de pruebas falsas, una trampa para atraer al traidor y exponerlo. El plan consistía, el primer paso era esparcir rumores sobre un supuesto “descubrimiento” que Cleopatra había hecho, además de lo que había pasado con aquel sobre, algo tan valioso que cualquiera en su posición se sentiría tentado a actuar. Este cebo sería suficiente para que el cómplice se moviera. En el siguiente paso, Thalía se encargaría de difundir los rumores, mientras que Cleopatra observaba las reacciones de sus amigos. Cada uno de ellos recibiría una pieza diferente de información, lo suficientemente convincente para creerla, pero lo suficientemente única para rastrear la fuente si se filtraba. Y la solución que ellas consideraban era que si el cómplice mordía el anzuelo, inevitablemente buscaría confirmar la información o actuaría basándose en ella. Cleopatra y Thalía habían preparado una serie de encuentros y conversaciones controladas para recoger evidencia. Cleopatra observó a Thalía acercarse a ella, su silueta recargándose contra el marco de la puerta de la cocina, tapando la luz que se filtraba. Ella la miró e hizo una seña, avisándole que el plan se ponía en marcha. Entró en la cocina, dejando la puerta completamente abierta, y se sentó junto a su hermana. — No entiendo qué te hace sospechar de esa persona, Thalía. —Cuestionó Cleopatra, su voz resonó en el pasillo vacío, captando la atención de uno de sus amigos que pasaba por allí. — Ya lo sé, pero todo conlleva a que es uno de los cómplices de ya sabes quién… —Respondió Thalía, su voz firme, pero con una matiz de duda que solo ella podía percibir. Cleopatra se mordió el labio inferior, pensativa. Su actuación estaba siendo espectacular, pero algo la tenía mal. La confianza que tenía en sus amigos chocaba con la realidad de las pruebas que habían recopilado. Era un laberinto de lealtades y traiciones que parecía no tener salida. — No lo creo, realmente no lo creo —insistió, más para convencerse a sí misma que a Thalía. — Tenemos todas las pruebas que queremos, Thalía, sólo queda encontrarnos con esa persona en el punto específico, nada más —dijo Cleopatra, intentando inyectar una dosis de lógica en la conversación. El sospechoso continuaba escuchando de cerca, aprovechando la soledad en esa parte de la casa. Thalía se detuvo y se giró hacia ella, sus ojos buscaban algo en la mirada de Cleopatra, una señal de que todo iría bien. — ¿Pero sabes si lo sabe? Tal vez vamos y no hay nadie, necesitaremos refuerzos —planteó Thalía, su voz ahora revelaba la preocupación que había estado ocultando. — Tranquila, mejor ir solas que mal acompañadas. Además, nadie conoce esa fábrica más que yo —dijo Cleopatra con una leve sonrisa que no llegaba a sus ojos. La noche cayó sobre la ciudad rápidamente, y con ella, la sensación de que el tiempo se agotaba. Cleopatra se retiró a su habitación, pero el sueño era poco. Las sombras de la habitación parecían cobrar vida, cada una susurrando una posibilidad diferente, un final distinto para su plan. Salió de allí al comenzar a agobiarse por esas voces que susurraban en su cabeza, bajando nuevamente a la cocina buscando algo para relajarse. Preparó un té rápido dispuesta a irse a la cama, pero se dio cuenta que no estaba sola. Aaron estaba allí, de pie en la puerta de la cocina, la conversación fluyó con naturalidad, pero había una tensión subyacente, una danza de deseos y sueños no completados. — ¿No puedes dormir? —preguntó Aaron de repente, su sonrisa ladeada no lograba ocultar la seriedad de su pregunta. Se cruzó de brazos, mirándola y comenzando a acercarse, tomó su taza de té dándole un sorbo. Cleopatra tragó en seco, consciente de que había cruzado una línea invisible. La verdad era un terreno peligroso, y ella estaba allí sin precaución. — En primer lugar, ese es mi té y yo no dije que te lo comparto, en segundo lugar, no, no puedo dormir, se me hace imposible con todo lo que está pasando. — ¿Necesitas hablar de algo? Sabes que estoy aquí si eso deseas. — ¿Estás con nosotras en el plan? —Le preguntó con seriedad y él asintió,— Necesito que consigas información acerca de Jordan, es complicado de explicar, pero es algo crucial en este momento. — ¿Sospechan de Jordan? ¿Por qué? — Ya te lo he dicho, no es momento de explicar.

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