CAPÍTULO ONCE
Ilse podía sentir la mirada del policía con gorra de béisbol fija en ella. Todavía no se había presentado, pero sabía que estaba al mando, simplemente por cómo se movía y su forma de estar de pie. Tenía un aire de autoridad, pero también mantenía las distancias con el resto de policías allí reunidos.
¿No es policía, entonces? ¿Un federal, tal vez?
Sacudió la cabeza y se mordisqueó el labio inferior mientras sentía un remolino de culpa y ansiedad recorriendo su organismo.
Samantha había sido secuestra. Su teléfono roto, tirado en el suelo, y había sangre en el camino.
Ilse se mordió el labio con fuerza y sintió una punzada de dolor. Podía notar cómo aumentaba su ansiedad, se arremolinaba en su cuerpo, quería gritar y chillar; pero por el momento, mantuvo su actitud serena
