—Princesa. —Cairo asintió y se reunió con ella en la puerta. Tomó las manos de Lacey y le dio besos al aire en ambas mejillas—. Te estuve buscando. Lacey inclinó su cabeza mojada hacia la puerta. —Estaba en el ring de práctica, trabajando con los guerreros. —Un pliegue se formó entre sus ojos—. ¿Qué ocurre? Cairo se burló: —¿Estabas entrenando con los guerreros tan cerca de la boda? —Envolvió su brazo alrededor de los hombros de Lacey y la condujo adentro. —Bueno, esa es mi señal —dijo Raye, metiendo las manos en los bolsillos—. Nos vemos en la cena. —Luego se fue escaleras arriba. —¿Qué pasaría si tienes un ojo morado tan cerca de la boda? —preguntó Cairo, dándole una mirada de desaprobación. Lacey se encogió de hombros. —Soy una cambiaformas y nos curamos rápido. Cairo la miró