Lacey se empujó con más fuerza a través de las montañas, necesitando correr. Luego captó el olor de una manada de alces y redujo la marcha. Lacey se agachó, observando a su presa, pero luego captó el olor de algo más. Algo grande. —¡Roooaaaaarrr! —Conocía bien ese sonido... y estaba justo detrás de ella. La cabeza de Lacey se levantó de golpe cuando un gruñido bajo y gutural estalló desde lo más profundo de su pecho. Porque detrás de ella había un enorme oso n***o. —¿Por qué no? —Lacey pensó, sabiendo que necesitaba desahogarse. El oso n***o se levantó sobre sus patas traseras y volvió a gruñir con fuerza, volviendo a reclamar su territorio. Sin embargo, cuando Lacey se puso de pie, revelando su enorme tamaño, el oso se giró y comenzó a correr... pero Lacey fue más rápida. De dos sal