Capítulo 4

2989 Words
Sentía mi cuerpo dolorido, mire mi reloj y eran las dos de la mañana, luego de pasar casi cuatro horas en el hospital para una revisión y aunque tenía que quedarme roge que me dejaran ir bajo mi responsabilidad cosa que a mi acompañante no le había gustado, quería estar en mi casa, meterme a la cama y olvidarme de lo sucedido, me sentía asqueada por lo que Stefan intento hacerme. Sentí escalofríos y me apreté con más fuerza el saco con que Demetrious me había cubierto, cuando desperté, a la última persona que pensé en encontrarme fue a él. Aún más, que se preocupara por ella. Que hipócrita, a él lo menos que le importaba era ella, y solo acepto que la llevara a casa porque no deseaba discutir. Iba en la parte de atrás de la camioneta de Demetrious con él a su lado mientras que los dos guardaespaldas iban al frente, le había dado la dirección a su pesar, cuando cruzaron una esquina y divisé que era mi calle me sentí mucho mejor. — La de rejas blancas — dije en voz suave y ya calmada sin mirarlo, la camioneta se detuvo y de inmediato uno de los guardaespaldas bajo y abrió la puerta — Gracias por traerme, te devolveré el saco — Te acompañó—dijo Demetrious en voz neutra, pero se notaba lo tenso que estaba por no discutir y baje en silencio seguido de él. busque rápido en mi bolso las llaves — Gracias por todo—fui lo más sincera — Pero ya estoy a salvo en casa — estaba a punto de derrumbarme, pero no lo quería hacer frente a el — Entra—apremio — tenemos que hablar, pero hoy no creo que estés en condiciones de hacerlo— dijo acariciando mi rostro, su cercanía me ponía nerviosa. Me apresure a entrar y una vez que entre a casa deje el bolso en el piso y camine hasta la habitación en la oscuridad y di gracias a Dios que Bruno se hubiera quedado con Dylan esta noche, no quería que la viera así, llegue a la habitación y me metí al baño donde al prender la luz y mírame en el espejo me sentí horrible; ya los morados habían aparecido y tenía uno en los labios, otro alrededor de mi ojo derecho, me habían curado la herida de la cabeza, quite el saco del esmoquin de Demetrious que llegaba más abajo de los muslos y ocultaban mi ropa destrozada y a través de ella podía ver otros moretones, abrí la llave de la regadera, una vez templada entre y cuando el agua corrió por mi rostro fregué mi cuerpo con fuerza. Luego de una hora salí envuelta en una bata. Tiré la ropa que me había puesto esta mañana en un rincón para botarla y el saco de Demetrious también lo metí en el cesto de la ropa sucia. Cuando acomode el baño y estaba todo en su lugar me subí a la cama y apague la luz de la lámpara, necesitaba descansar. En la oscuridad todo lo ocurrido vino a mi mente y no pude más, mis sollozos eran fuertes y llore por todo lo sucedido y sobre todo llore por no poder dejar de amar a el padre de mi hijo y más aún que había visto por ella como si de verdad le importaba. Con todo eso me deje dominar por el sueño ya que estaba muy agotada.   ***************** Mi cuerpo estaba molido, pero sabía que no podía quedarme en la cama, pero la poca fortaleza que me quedaba se vio desquebrajada cuando mi hermano llego y me vio, sentí un estremecimiento al recordar lo furioso que estaba, luego de tranquilizarlo y decirle que había levantado cargos se dedicó a mimarme toda la mañana, pero tenía que prepararme para que Bruno me trajera a Dylan, por eso cambie mi pijama y me coloque unos vaqueros. Hice una cola alta, no tenía que arreglarme mucho debido que no pensaba salir fuera, lo que si debía hacer era cubrirme los moretones lo mejor posible para que mi hijo no se diera cuenta. Mientras esperaba a mi hermano me fije que ya casi era hora de la merienda de Dylan y por eso tenía todo listo. Vi mi brazo y podía ver el moretón ocasionado por Stefan, y sabía perfectamente que todo lo ocurrido era mi culpa ya que, si hubiese renunciado, Demetrious no la hubiese presionado de esa manera en el trabajo, pero no. Su orgullo pudo más y p**o por eso, pero eso había acabado. El sonido de la puerta me saco de mis pensamientos y dudé en abrir ya que mi hermano tenía llaves, pero abrí y al hacerlo frente a mi estaba Demetrious vestido con uno de sus trajes, ¿Qué hacía en su casa? — Hola Brianna —dijo — ¿Puedo pasar? — parecía tenso, me hice a un lado y entro, aunque no quisiera tenía que hablar con él y decirle lo que había decidido, observe que miraba todo el salón estudiándolo — No es nada como tu piso ¿no? —Dije sarcástica. limpie mis manos en el pantalón, se dio la vuelta para mirarme — No. En definitiva, no—respondió —Pero es bonito —solo asintió— ¿Cómo estás? — pregunto — Mejor. Creo — fui sincera — Brianna yo… —comenzó a decir, pero era mejor terminar con esto de una vez — Tu ganas—dije interrumpiéndolo, el ladeo su cabeza sin entender— Renuncio, es lo que querías. Pues bien, renuncio — Brianna — No. Escucha — dije acercándome algo a el— Si yo no hubiese sido tan soberbia quizás no hubiese pasado lo que paso — me encogí de hombros — sabía que no me querías tener como empleada por lo sucedido, pero está bien. Renuncio — Yo no quiero que renuncies—dijo en voz baja y ansiosa, abrí mis ojos como platos ante su respuesta — lo que sucedió fue mi culpa y créeme que voy a hundir a ese enfermo de Stefan — No hace falta — no quería que lo sucedido se convirtiera en un circo — ya he renunciado, además está claro que el rencor injustificado que me tienes no te permite que tengamos una relación jefe secretaria en paz — No es rencor — zanjo molesto y apretando los dientes — además, no te hagas la inocente. — Pues, yo no hice nada — tenía mis manos en puño —O sí. Quererte — vi cómo se tensaba — Pues me lo demostraste de una manera muy extraña — quería golpearlo. Iba a mandarlo a la mierda cuando escuche la puerta principal abrirse y de inmediato escuche pasitos rápidos y sabia de quien eran, mi estómago se cerro — ¡Mami —dijo Dylan entrando en el salón y tirándose encima de mí para que lo cogiera y así lo hice, lo alce y le bese la cabeza — ¿Dónde estabas? —pregunto —Tenía trabajo que hacer cariño — dije. Desvíe mi mirada desesperada y me encontré a un Demetrious blanco como la cera observando a Dylan, era de esperar que se diera cuenta del parecido entre ambos y pude ver en sus ojos desconcierto y ¿dolor? —Enano. te he dicho que no salgas así del auto — dijo mi hermano Bruno entrando a la casa que al ver a Demetrious se detuvo, en cambio el sólo miraba a mi hermano con odio, no entendía nada — Gracias por traerlo — agradecí a mi hermano antes de mirar a mi hijo — que te he dicho de bajarte del auto de manera apresurada — mi hijo me puso su cara de cachorrito — Mama yo solo quería verte — dijo, miré a Demetrious y no quitaba la vista de Dylan y de Bruno, así que decidí tomar las riendas de la situación — Demetrious te presento a mi hermano Bruno — su cabeza se disparó de inmediato y su rostro reflejaba desconcierto. Mi hermano tendió su mano y tras un momento de dudas en la tomo — Bruno. Él es mi jefe — Tu hermano — susurro Demetrious cada vez más blanco — Así es, soy su hermano — dijo Bruno sin entender nada —Brianna —dijo dirigiéndose a mí — te dejo porque tengo que pasar por la tienda — asentí sintiendo la mirada de Demetrious clavada en mí y en Dylan — adiós enano, cuídate —se acercó, beso mi cabeza y la del niño antes de salir y dejarnos a los tres en medio del salón, no sabía que hacer estaba entrando en pánico — Soy Dylan —me saco mi hijo de mi estado, vi como Demetrious tragaba duro y tendía la mano para tomar la de mi bebé — Demetrious —dijo en voz ronca — tienes un bonito nombre— se podía escuchar el esfuerzo por no perder la calma — Mi amor, por porque no vas a jugar a tu habitación mientras yo hablo con el señor — dije bajándolo de mis brazos y el solo asintió y salió del salón por un momento nos quedamos en silencio observándonos — Brie — sentí la ira crecer en mi por la manera de llamarme — No vuelvas a llamarme así — siseé — solo quiero que te alejes de nosotros — Escúchame —parecía desesperado — yo no sabía, él es igual a mi yo creí que me engañabas — pues estabas equivocado — dije rodeándome con los brazos— ahora quiero que te marches, tengo que atender a mi hijo — Necesitamos hablar —vi emoción en su mirada era la misma que me daba Dylan cuando se proponía algo así que suspiré designada — Te espero a las nueve y treinta, a esa hora el niño ya está dormido y podremos hablar— dije caminado hasta la puerta y abriéndola — pero no vengas a hacerte el mártir que no te queda, recuerda que tú nos echaste de tu vida — me clavo la mirada y sentí escalofríos, pensé que diría algo, pero solo asintió y salió de mi casa y desee que de mi vida también.   Durante la tarde hice mis cosas, atendí a Dylan el cual se mostró curioso por Demetrious y no me quedo más que decirle la verdad a medias, le dije que era mi jefe, cuando se hicieron las ocho prepare a Dylan para dormir un poco más temprano ya que no quería que estuviera despierto cuando hablara con Demetrious, estaba muy nerviosa no sabía qué hacer ni que decir; me prepare mentalmente para la batalla que afrontaría, me duche y me coloque otros vaqueros y una camiseta esta vez negra luego me senté a esperar, exactamente a las nueve y media sonó el timbre de mi puerta y al abrirla frente a mi estaba Demetrious vestido con uno de sus trajes. Lo invite a pasar y caminamos hasta el salón donde tomamos asiento y estuvimos en silencio por un momento — Te acuerdas cuando fuiste a buscarme a mi piso la última ves — rompió el silencio — Como lo voy a olvidar — dije irónica —Había llegado días antes para sorprenderte y cuando vine a buscarte use la llave que me habías dado —dijo, recordaba que le di una copia de mis llaves para que entrara cuando quisiera — ¿eso que tiene que ver? — pregunte sin entender — Déjame terminar por favor — dijo aflojando el nudo de su corbata. Asentí —Cuando llegué y entre a tu habitación te encontré durmiendo y a tu lado había un hombre en ropa interior y yo creí que... — Me estás diciendo que entraste a mi casa y me encontraste con Bruno. Mi hermano, que estaba ebrio debido a que su novia de ese entonces lo dejo y él había venido a mí —dije incrédula. recordaba que lo había cuidado y tuve que darle un baño, acostarlo para que pasara su borrachera y me agote tanto que quede rendida a su lado — Tan poca confianza me tenías que saliste sin decir nada para luego tratarme como lo hiciste —me puse de pie enojada —Que querías que hiciera Brianna — dijo con amargura — ¡Que me despertaras! —dije levantando la voz— ¡que me pidieras explicaciones! pero claro tú y tu estúpido orgullo no pudieron hacerlo y preferiste mandarme a la mierda con un bebe en mi vientre — dije dolida, él se puso de pie e intento agarrarme, pero yo me aleje — Brianna entiéndeme por favor —me pidió, lo miré como si estuviera loco — hoy al ver a tu hermano y reconocerlo entendí el error que había cometido — parecía nervioso y desesperado. Pero yo había pasado por mucho sola — al ver a Dylan creí morir y me sentí la mierda más grande del mundo sé que no tengo derecho a pedirte algo — En eso tienes razón — lo corte— mi hijo y yo estamos bien y no necesitamos de nadie más — recalque el nadie y el solo estaba cada vez más mortificado — Quiero estar en su vida Brianna. Por favor —nunca había escuchado esa frase en los labios de Demetrious, el por favor no entraba en su vocabulario, pero no sabía que hacer — No lo sé Demetrious. Después de todo lo que sucedió no creo que sea buena idea — dije caminando hasta la cocina — necesito un trago — sentí los paso de Demetrious detrás de mí, saque el vino y me serví una copa que me tome de un sólo trago — ¿deseas un poco? —le pregunte una vez termine el mío — Yo también necesito un trago —dijo y le tendí una copa — Mami — escuché a Dylan llamarme y salí de la cocina no sin antes voltearme y mirar a Demetrious — Quédate aquí. Ya vuelvo — el asintío. Subí y encontré a mi hijo al pie de la escalera —¿Qué sucede cariño? —pregunté — Tengo sed — dijo frotando sus ojos, asentí —ve a la habitación y ya te llevó el agua — el subió hasta su habitación y regrese rápido por el agua al entrar a la cocina ya no estaba Demetrious serví el agua y subí a dárselo a Dylan —Bebe y a dormir — dije dándole el vaso, espere que tomara y luego lo arrope de nuevo le bese la cabeza salí de nuevo y baje. Busqué a Demetrious y lo encontré en el salón observando las diferentes fotografías que tenía encima de la chimenea a gas, en ella había puesto varias de Dylan como la del día que nació, cuando cumplió su primer año, una en donde estamos Bruno mi cuñada y yo con Dylan en brazos y la última era de Dylan entre mis piernas sentados en el césped del parque, esa era la más nueva y era la que tenía Demetrious entre sus manos y miraba finamente — Lo siento, pero tenía sed —dije refiriéndome a Dylan — Esta bien — dijo colocando la foto en su lugar — es un Niño muy vivas — dijo con un tono de nostalgia — Dylan es vivas y muy activo — refuté —a veces mucho para mí — Sonreí y el hizo lo mismo — también es muy tenaz y cuando se le mete algo en la cabeza no descansa hasta que lo consigue, es muy persuasivo — dije bajando la voz —es igual a ti — concluí — Brianna perdóname. No sé qué hacer para que me perdones — Sabes. Yo no te odio, pero si te guardo algo de rencor, intente odiarte, pero no pude eres el padre de mi hijo y he pensado que Dylan tiene derecho a un padre, pero si no estás dispuesto a afrontar todo lo que conlleva es mejor que salgas por esa puerta y nos deje seguir viviendo como lo hemos hecho hasta ahora — Demetrious me miro intensamente —  Estoy en esto con todo y te juro que no te vas arrepentir — dijo acercándose y abrazándome, me tomo por sorpresa sentí su olor y pude sentir como me apretaba contra su cuerpo me aleje y lo mire — No te confundas Demetrious—dije seria — tu relación será con Dylan — Todavía sientes algo por mí. Lo sé — dijo acariciando mi rostro —Lo que sentí lo acabaste cuando me echaste de tu vida y si te doy la oportunidad de conocer y convivir con Dylan es porque él me importa más que nada en el mundo — Esta bien. Si eso es lo que deseas, lo respetare —dijo sonriendo —por ahora —Es mejor que te vayas— dije caminando hasta la puerta y abriéndola — ya es tarde, además no creo que a tus niñeras le agradé estar con frío —dije mirando a los guardaespaldas —Para eso les p**o — dijo negando —además, se sorprendieron al verte y más Cuando vieron a Dylan Cuando bajo del auto de tu hermano — Se debieron llevar una gran sorpresa — dije riendo un poco. Demetrious se me acercó y se inclinó dándome un beso en la mejilla. El hombre frío que conocí durante este tiempo había desaparecido — ¿Puedo venir mañana? — pregunto — Esta bien. Pero en la tarde, quiero hablar con el primero — dije ignorando la sensación en mi estómago por su cercanía —Hasta mañana —dijo con su andar seguro cerré la puerta y me apresure a servirme otra copa de vino sabía que mi vida cambiaría a parir de ahora. Maldije ya que siempre que esto sucedía el culpable era Demetrious.
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