Mire mi reloj y recogí mis cosas rápidamente, toque suavemente la puerta de la oficina de señor Roble y al escuchar una afirmación entre y me encontré con Demetrious y mi jefe charlando, así que me centre en mi jefe
—Señor. Ya me retiro — dije ignorando a Demetrious —¿no necesita algo más? — pregunté
—No Brianna—me sonrió—ya puedes irte—se me hizo un nudo en la garganta, sabía que este era su último día en la oficina y aunque lo vería uso fuera a visitar a mi niño no sería lo mismo, el noto mi tristeza porque se puso de pie, se me acercó para darme un abrazo que fue bien recibido — no estés triste mi niña sabes que este no es el adiós — asentí y al separarme Sonreí
—Lo sé, pero no será lo mismo—negó divertido
—Pero no te quedas sola — dijo señalando a Demetrious—Te dejo con un excelente jefe—lo dudo. Pensé, pero me mordí la lengua me fijé en el mencionado y solo nos observaba detenidamente, necesitaba salir de ahí me estaba ahogando ante su presencia
—No lo dudo— dije de forma irónica —bueno me voy ya van a dar las cinco —dije y en entendió perfectamente lo que quería decir; la guardería de la empresa cerraba a las cinco y debía ir por Dylan
—Ve tranquila mi niña— dijo dándome otro pequeño abrazo antes de darse la vuelta y sentarse de nuevo en su silla. Mire a Demetrious antes de salir
—Hasta mañana señor —dije de manera profesional
—Hasta mañana señorita Manson— dijo de forma fría y cortante salí sin decir más nada. Salí disparada al ascensor maldiciendo a Demetrious ¿qué pretendidas? me reprendí, no es más que un bastardo cobarde
Llegue al vestíbulo y para mi sorpresa había dos hombres ahí y enseguida los reconocí como los guardaespaldas de Demetrious ya que eran los mismos que estaban el día que Demetrious me saco de su vida, al parecer me reconocieron ya que sus rostros reflejaban sorpresa, los ignore y camine rápidamente hasta la guardería donde estaba esperando Kloe la maestra de la guardería
—Hola Kloe — la saludé — ¿cómo se portó hoy? — dije refiriéndome a mi hijo
—Muy bien — sonrió — tu sabes que él no da mucho que hacer — asentí y lo busqué con la mirada y lo encontré concentrado en uno de los tantos juegos educativos que había para ellos, levanto la cabeza y me vio
—¡Mami! — chillo mi bebé corriendo hasta mí, me agaché para cogerlo en brazos mientras el escondía su rostro en mi cuello pude besar su cabecita para olerlo y me sirvió de tranquilizante, salió de mis brazos para mirarme emocionado — hoy Klo me enseño más números — dijo orgulloso
—Así — dije sonriendo y acomodando su cabello —hasta donde te los sabes ya
—Cincuenta — dijo rimbombante y me causo gracia
—Ya estas más que listo para ir el año próximo al colegio con niños más grandes — dije poniéndome de pie y con él en brazos mientras me colgaba su mochila rodeo mi cuello con sus manitas y frunció el ceño
—Tende que dejar a Klo — dijo pronuncio a media lengua, cosa que poco a poco le he ido corrigiendo
—Yo creo que si mi amor — dije mientras me despedía de su maestra y salíamos hasta el vestíbulo— no creo que te dejen llevarte a Kloe — continúe divertida pero me fije que el elevador se abría y salía Demetrious sentí pánico y camine más deprisa hasta llegar a la calle para buscar un taxi, en lo cual tuvimos suerte ya que encontramos uno y metí de inmediato a Dylan y antes de subir mire en dirección a la puerta principal de la empresa y hay estaba mirándome intensamente acompañado de sus guardaespaldas, subí rápidamente al taxi y le pedí que arrancara, necesitaba mantener a mi hijo alejado del desprecio de su padre ese pensamiento removió cosas dolorosas en mí que deseche enseguida.
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Llegamos a casa y me sentí más tranquila, Dylan y yo vivíamos al este de los Ángeles, en un urbanismo de clase media que gracias al señor Francisco pude obtener ya que una vez entre a trabajar con el hicimos un trato de que el me proporcionaría una casa en un ambiente saludable y estable para mí y mi hijo y yo se la pagaría poco a poco como si fuera una hipoteca; claro que el monto que pague por la casa fue muy bajo en comparación con una verdadera hipoteca y eso es algo que le agradeceré eternamente, tenía un hogar para mi niño y era nuestro ya que el año pasado había terminado de pagarle al señor Roble.
Era una casa mediana con un hermoso jardín enfrente con rosas y tulipanes que había sembrado y cuidado yo misma, contaba con tres habitaciones dos de ellos con baño y otro en el pasillo para visitas, el salón era espacioso y luminoso estaba decorado en colores claros y un sofá de cuero n***o, preferiría los blancos pero con Dylan aun pequeño no creo que el pobre sobreviviría, la cocina está equipada con todo lo necesario y era espaciosa también tenía una puerta de cristal corrediza con persianas que daban hasta el enorme patio trasero donde tenía un par de columpios, una resbaladiza, un sube y baja para Dylan un columpio mecedora para tres personas color beige donde me sentaba a leer o a observar a mi hijo jugar con su tío.
También se podían observar sus diferentes pelotas ya que le encantaba correr para eso tenía a mi hermano Bruno que vivía a quince minutos de nosotros con su esposa Sofía y su niña de dos años Mackenzie, mi hermano se mudó un tiempo después de que naciera Dylan y él no sabe quién es el padre de mi hijo, cuando llego el momento le dije que había sido algo esporádico y que no quería ataduras. En pocas palabras le mentí y él no me juzgo solo me apoyo, solo nos tenemos él y yo ya que nuestros padres murieron en un accidente de coche cuando apenas tenía quince años y el veinte; así que cuido de mi hasta que me vine a estudiar en la universidad.
En un principio no le dije nada de mi embarazo y el creyó que seguía estudiando no fue hasta que Dylan tenía seis meses que le conté y al principio se enojó, pero luego conoció a mi bebe y quedó prendado de él. Al año siguiente conoció a Sofía y hace tres años que se casaron y ahora él tiene su familia, pero ama a mi hijo con locura. Subo las escaleras y camino hasta el cuarto de mi hijo y lo encuentro jugando con sus juguetes en la alfombra, su habitación está pintada en tonos azules y blanco con temas de barco y su cama está en el centro y en la pared de atrás hay dibujado un timón que a mi niño le encanta, me agacho hasta su altura antes de hablar
—Dylan. Estaré abajo haciendo la cena, dentro de un rato quiero que te bañes y bajes a cenar—le digo, el deja sus juguetes y me mira asintiendo—bien— me levanto y camino hasta la puerta
—¿Mama mi tío vendrá hoy? —me pregunta. Me detengo y lo miro
—No creo cariño, quizás venga mañana — frunce el ceño y as se parece más a Demetrious, sus ojos iguales a los míos me miran haciendo una pregunta no formulada, y pienso para mi si es igual que su padre necesita que se le explique todo —mi amor tu tío debe cuidar de Mackenzie también, pero que tal si lo llamamos e invitamos a tus tíos a venir mañana — sus ojitos se iluminan
—Y voy a jugar con el — afirma para sí mismo y yo asiento
Salgo de la habitación y me dirijo a la mía que está enfrente, me quito la falda y la blusa que me puse para el trabajo y me pongo un chándal y una camiseta hoy solo quiero sentirme cómoda, bajo y entro a la cocina donde comienzo hacer un poco de carne acompañado con verduras asadas acompañado con un poco de arroz. Media hora después baja mi hijo bañado y listo para comer, lo hacemos entre risa y ocurrencias de mi pequeño, cada vez que lo observo es como ver a Demetrious, pero lo que más me aterra es el día en que tenga que responder a la pregunta del millón ¿mamá Donde esta papa? No creo estar preparada para eso. Una vez terminamos de cenar se sienta un rato en el salón a ver las caricaturas mientras yo limpio la cocina. A las ocho y media ya estoy acosando a Dylan y me dirijo a mi alcoba, tomo una ducha me pongo mi pijama y me meto entre mis sábanas blancas, mañana será un día largo ya que francisco no es más mi jefe y sé que Demetrious me hará la vida un yogurt, si pudiera conseguir otro empleo sería fantástico, pero como está la economía actualmente no creo que consiga algo que me de los ingresos necesarios para mantener a Dylan y una casa. Pero no creo poder con la presión de trabajar para el hombre que me hizo más daño en la vida, doy vueltas en la cama y maldigo a Demetrious Johnson por volver a mi vida.
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A la mañana siguiente dejo temprano a Dylan en la guardería y subí hasta mi área de trabajo, cuando llego a mi escritorio la puerta de la oficina se abre y sale un Demetrious enfundado en un traje azul oscuro.
—Señorita Manson a mi oficina — ladro. Entro a la oficina de nuevo y cierra de un portazo, miro el reloj y apenas faltan cinco minutos para que comience mi jornada laboral y esto no empieza bien resoplo y tomo la agenda antes de caminar hasta la puerta, paso mi mano por mi vestido n***o que me puse esta mañana y me doy el visto bueno, profesional y seria toco suavemente y escucho un gruñido, entro y hay está sentado en su silla y mirándome seriamente—siéntese—me siento derecha en una de las sillas
—Necesita alguna cosa — digo tratando de calmarme
—Sí. Necesito dejar las cosas claras—escupe esto no va a terminar bien—Quiero su renuncia en mi mesa—dijo ¿qué? Apretó mis dientes y trato de no saltarle encima —No creo que sea bueno que trabajemos juntos y la verdad tampoco me apetece
—Pues lo lamento—me Llergo más—si quiere despídame, pero no voy a renunciar — entrecierra sus ojos y se inclina adelante
—No lo hare, sería muy sospechoso que despidiera a la secretaria que ayer delante de todo el mundo alabo su antiguo jefe—dice recostándose de nuevo en su silla— sería más creíble que la secretaria era tan fiel que se fue cuando su jefe lo hizo también — quise mandarlo a la mierda, pero lo que más me cabreo fue el tono en el que dijo fiel ¿burla? No ¿asco?
—Lamento que usted no pueda ser profesional y dejar el pasado atrás—dije levantándome — pero yo necesito mi trabajo y no lo voy a tirar a la basura por tus estupideces
—Cuidado como me hablas — se levantó de su silla y enseguida lo tenía frente a mí y pude oler su loción — no sabes de lo que soy capaz — me dijo en un susurro, mi cuerpo reaccione, pero me aleje de él y pude ver confusión y como si estuviera librando una batalla interna
—No voy a renunciar — dije tajante y abriendo la puerta de la oficina
—Será como quieras entonces —dijo con una sonrisita burlona — necesito que me traigas antes del mediodía los últimos informes de los socios más importantes de la compañía los últimos tres años
—Los tendrá señor — Salí y tras cerras con cuidado solté el aire que no sabía que estaba conteniendo ¡maldito cabrón! Querer echarme, no se la pondré fácil y además ¿Qué fue eso? No debía sentirme así pero su cercanía despertó en mi cosa que pensé ya había enterrado, negué y me dispuse a buscarle lo que me pidió.
A mediodía le entregue el pedido de los clientes y pareció sorprendido, ¡ja! No sabes con quien estas tratando, lo que jodidamente me cabreaba era la constante búsqueda de café y que el muy idiota se dio cuenta de que me molestaba hacer de sirvienta de él; mi error ahora vivía pidiéndome café cada dos horas, pero no me iba a doblegar. Durante el resto del día trato de colmar mi paciencia, respire aliviada cuando dieron las cuatro y media, apague mi ordenador tome mi bolso toque la puerta y entre, Demetrious estaba al teléfono y al verme arqueo una ceja y dio su llamada por terminada
—Ya me voy — anuncie lo obvio
—¿A dónde? —pregunto como si no entendiera
—Ya es mi hora de salida
—Pero, necesito que te quedes un par de horas — a no. Eso sí que no —Pero yo nunca…
—Si trabajas para mi sabes que no hay horarios — tirano — son horas que se te pagaran el doble — miré mi reloj y recordé a Dylan
—No puedo hacer tiempo extra, tengo una responsabilidad debo ir a recoger a — me callé de inmediato
—Sé que tienes que ir por tu hijo, pero dile al padre que se quede con él — dijo mondas—necesito a alguien profesional y dispuesto a trabajar codo a codo conmigo
—No puedo. Mi hijo
—Tu vida personal no me importa — me volvió a interrumpir — solo cumple con mis expectativas — pensé en lanzarle mi bolsa, pero me contuve, tendría que cargarle mi hijo a su tío
—Si me disculpas me darías un poco de tiempo, necesito buscar a mi hijo en la guardería, lo dejo en buenas manos y subo — él no me miro solo tenía las manos en puños
—Hazlo — bramo y Salí disparada y en menos de lo que pensé llame a mi hermano y accedió a cuidar a Dylan, baje y lo busque en la guardería y estaba feliz porque su tío lo iba a cuidar, cuando Bruno lo recogió sentí alivio y subí de nuevo a la oficina y apenas entre Demetrious me tendió una carpeta — necesito que arregles esto para la reunión de mañana a primera hora — asentí y camine hasta la puerta, pero me vi retrocediendo gracias a los brazos de alguien. Demetrious se inclinó y me beso sin previo aviso intente empujarlo y protestar, pero solo logre que tomara más control del beso. Sentí mis piernas desfallecer y me tambaleé cuando me soltó — acaso él te besa como yo— no dije ni mu. estaba aturdida, y su comentario me enfureció
—¡Cómo te atreves! —levanté la mano con la intención de golpearlo, pero me la detuvo y me volvió a besar estas ves respondí como antes lo hacía y cuando me di cuenta esta recostada en el sofá de la oficina con el encima de mí
—Acaso no sabe cómo tratarte, que te rindes como una fulana — mi lívido se esfumo y sentí arcadas, me lo quite de encima y recordé que este era el hombre que me abandono con un hijo en camino y ahora hablaba incoherencias, me levante y tome la carpeta saliendo con la poca dignidad que me quedaba y sintiendo unas grandes ganas de llorar por haber sido débil, me senté en mi escritorio y minutos después salió Demetrio de su oficina se metió en el elevador y se fue sin despedirse, dejándome con un odio por mí misma ¿Cómo caí tan bajo?