Minutos después Black regresó y se acercó a nosotros. —Señorita Lozano, ¿Le importaría acompañarme a hacer una diligencia?—me preguntó todavía con una expresión seria observando a Maicol. No sabía que tipo de diligencia sería, pero acepté acompañarlo, me despedí de Maicol. Salí con Black del salón hasta llegar afuera. Luego nos dirigimos hasta el centro de la ciudad, específicamente a unos condominios que estaban a la venta y donde él había invertido mucho dinero, el exterior era muy hermoso y la iluminación era perfecta. Antes de bajar del auto Black, tomó unos documentos, luego me pidió que bajáramos. —Solo debo entregarle esto al ingeniero y podemos irnos—mencionó señalando a un hombre que estaba esperándonos en la entrada. Black le entrego los documentos, y este hombre lo revisó.