CAPÍTULO SEIS Gwendolyn montaba en la parte posterior del carro, traqueteando a lo largo del camino vecinal, guiando a la expedición de gente que se abría paso lentamente hacia el oeste, lejos de la Corte del Rey. Gwendolyn estaba contenta con la evacuación que había sido ordenada hasta ahora, y satisfecha con los progresos que había hecho su pueblo. Ella odiaba dejar su ciudad, pero al menos estaba segura de que había ganado suficiente distancia para que su gente estuviera segura, para que estuvieran bien en su camino hacia su última misión: atravesar el Cruce Occidental del Cañón, para abordar su flota de barcos en las costas del Tartuvio y cruzar el gran océano hacia las Islas Superiores. Ella sabía que era la única manera de proteger a su gente. Mientras marchaban, miles de personas