[CAIRO] No me importa absolutamente nada de lo que pueda estar pensando Olivier de mi en estos momentos, mucho menos cuando me tiene presa entre sus brazos y entra conmigo enredada a su cintura a la habitación besándome como lo hace. Tengo muy claro lo que le pasa conmigo y no me molesta que me use a su antojo porque yo también lo quiero usar a él para saciar esta sed. Mis manos bajan por su cuello hasta el de su camisa y van desamarrando el moño de su esmoquin, pero me veo obligada a detenerme cuando él me recuesta sobre la cama y se queda parado en el final de esta —Eres muy hermosa… demasiado para mi propio mal— Me dice mientras que se quita el saco del elegante esmoquin que le hice llegar y sonrió. —¿No me digas que te dan miedo las mujeres hermosas?— Le pregunto en un susurro y ahor