Ya Electra había vivido aquello, sabía del amor que el sentía por Izan, y esa traición era más que posible que lo estuviese destruyendo por dentro, toda esa rabia que sentia solo era por haber sido engañado de aquella forma.
Quería tenerlo de su lado pero jamás obligarlo y menos hubiera querido haberlo herido.
James negó con la cabeza al escuchar la contrariedad en el interior de Electra, tenía una lucha interna de sí era la responsable por el odio y dolor que experimentaba Hugo en ese momento.
●No niña, no eres la responsable. Todo esto sucedió antes de que llegaras a su vida, por lo tanto el único culpable aquí es el por confiar demasiado en un idiota niño bonito.
● Te equivocas James, si es mi culpa. Izan lo busco para poder hacerse con mi poder cuando Gwyddyon así lo decidiese, me haría lo mismo que hacía con Hugo.— le respondió Electra a James por el enlace mental, sorprendiéndose luego de aquella acción. Miró a James con asombro y este solo sonrió de lado acelerando el corazón de Electra.
●Es normal, eres mi mate. Además tienes un poder durmiendo dentro de ti. Lo que te hace aun mas especial — respondió un momento después James al ver que ella seguía esperando su respuesta. — y sigo pensando que él es el culpable de su dolor,aunque el motivo por el que haya sucedido seas tú, el tomo la decisión de creer en él, no tú, Electra.
●Tu mate?- Este solo asintió y corto la comunicación, al parecer tenían que controlar los sentimientos y pensamientos abrumadores de Hugo.
—Va a lamentar haberme visto la cara de idiota, me rogara que acabe con él!!— seguía gritando furioso el mago.
—Es natural que sienta tanta aversión hacia él, pero más adelante descubrirás que no era importante culparse asi por lo sucedido. En el corazónno se manda, eso tenía que pasar para podeme conocer.— Sus palabras fueron lentas, casi cautelosas, mientras observaba cómo Hugo fruncía el ceño, arqueando ambas cejas en una seña evidente de confusión y furia contenida. Estaba tan atrapado en su enojo que no podía ver más allá de lo que lo consumía, pero Electra sabía que en su momento lo entendería, o eso era lo que esperaba.
—¿De verdad esperas que crea eso? —espetó, con una sonrisa amarga y torcida que no alcanzaba sus ojos—. ¿Que todo esto tenía que pasar solo para que yo te conociera mejor? ¡Es ridículo! —Su voz era áspera, cargada de escepticismo y algo más oscuro que aún no lograba definir.
Electra mantuvo la calma, pero pudo sentir la intensidad de su mirada atravesándola como una espada, y su furia no se disiparía tan fácilmente.
—No es una cuestión de creer o no —dijo ella, manteniendo su voz firme—. Es una cuestión de entender que hay cosas más grandes en juego. Esto no es solo sobre lo que él te hizo, sino sobre lo que llegaste a sentir cuando estabas con él, no podrás odiarlo por más que lo quieras Hugo, tu corazón ya lo eligió. Y lo que viene es mucho peor si no lo detenemos antes.
Hugo soltó una risa amarga, más fría que antes, mientras se inclinaba ligeramente hacia ella, su mirada fija en la suya.
—¿Qué es lo viene ? —respondió con sarcasmo—. ¡Ilumíname, Electra! Porque, hasta ahora, todo lo que veo es que me estás pidiendo que acepte una traición sin hacer nada al respecto. ¡Y no pienso quedarme de brazos cruzados!
—No te estoy pidiendo que lo aceptes —respondió ella, elevando un poco la voz, sin querer perder el control—. Te estoy pidiendo que lo veas con otros ojos. Esto no se trata solo de venganza, Hugo. Si te dejas llevar por ese odio que crees tenerle a Izan acabarás destruyéndote a ti mismo antes de poder destruir a nadie más. Por favor entiéndelo!
Él la observó con una mezcla de frustración y duda. Sus cejas seguían fruncidas, y en su rostro había una expresión de algo más que simple ira. Era desconfianza, una sospecha profunda que empezaba a aflorar.
—¿Y cómo sé que no estás tratando de manipularme? —Hugo avanzó otro paso, invadiendo completamente su espacio personal. Sus palabras eran un susurro afilado, lleno de veneno—. ¿Cómo sé que todo esto no es otra mentira más y que estas con el en todo esto?
El aire entre ellos se volvió pesado, tenso, mientras las palabras de Hugo colgaban en el silencio, llenas de sospecha. Electra aparto a James que intentaba deternela y se acercó a Hugo y lo miró directamente a los ojos, sintiendo la presión de su desconfianza, pero no se apartó.
—Y que estaria ganando con eso? Yo nunca te mentiría ni a ustedes. Y que se supone estaria haciendo aqui si asi fuera, aliada con Izan?—respondió con firmeza y girandose a ver a los demás, e inmediatamente volvio a ver a Hugo a los ojos —. No tienes por qué creerme ahora... pero cuando llegue el momento, lo sabrás. No estás obligado a quedarte, mi único objetivo era sacarte de ese lugar así como lo hice antes, o más te ayude.
Electra respiró suavemente y se apartó de Hugo, no se había enamorado de ese modo así que no sabía si le estaba pidiendo algún imposible y se preguntaba si ella realmente no estaba siendo dura con él.
Para ser sincera, solo se había sentido atraida una sola vez en su vida y era inevitable sentir esas sensaciones hacia él. Y no sabía si Hugo sentía eso mismo, pero si no lo amara de verdad jamás había confiado en el y por supuesto no le había hablado de su existencia y la verdad no es fácil ocultar ese sentimiento o olvidar solo porque así se lo órdenes a tu corazón.
Esperaba por lo menos no haber sido tan tosca
—No creo Karleen, para ser una novata en esto del amor, lo haces bien — le susurró Hanna al oído haciendo que Electra se tensara.
—¿Escuc...? ¿Puedes...? —Electra no sabía cómo formular aquella pregunta, estaba atónita. Se suponía que ella aún no podía hacer aquello. ¿Acaso el haber vuelto para cambiar sus destinos ya estaba haciendo efecto? ¿Y si todo resultaba peor que aquella vez?