Ludmila Estaba completamente jodida, mi cabeza daba vueltas y tuve que recurrir a mi Lush 3, aquel hermoso juguete con siete modos, completamente equipado para todo tipo de placer, mi placer. No tengo que decir que lo seguí besando en el auto, porque lo hice, lo bese como si mi vida dependiera de ello durante todo el camino, no sé cómo pasó, solo sé que, en un momento, luego de decir mi dirección, termine a horcajadas sobre él. Su cuerpo se encontraba medio inclinado hacia atrás, mis manos no podían quedarse quieta, sino estaban enredadas en sus cabellos, pasando por su cuello o bajando hasta su pecho. Sus labios habían estado sobre los míos la mayor parte del tiempo, pero siempre encontraba el momento para bajar por mi cuello, donde hacía estrago mientras lamia, chupaba y mordía. Lle