Ludmila Mi cuerpo estaba completamente relajado, parecía como si me hubieran dado algún tipo de relajante muscular, pero no, todo se debía al increíble orgasmo que Leonardo me dio anoche. Sabía que después de eso me dormí y tengo que admitir que me asombro bastante que no me despertara para obtener cierto tipo de satisfacción especial, en lugar de eso, lo tenía rodeando mi cintura con su brazo mientras dormía, podía sentir su respiración pausada en mi nuca. Siendo sincera, no me imaginaba que era de los que dormía de cucharita, para nada, tenía toda la pinta de ser de aquello que te azotan y lo hacía, te azotaba, las zonas que creía correcta. Friccione mis piernas cuando la excitación volvió, no paraba de recordar lo que hicimos anoche cada parte, las atenciones que le dio a mis pechos