—Ya estoy aquí para bajarte, espero que ahora si me hagas caso cuando este advirtiéndote cosas. —Camille no responde y solo se mantiene con los ojos cerrados, en el peor de los casos se habría desmayado del susto o por toda la sangre que se mantiene en su cabeza. He tomado un cuchillo, el cual venia e el equipo que nos han dado. Y cortando la soga, logro sostener un trozo de la misma, con todas mis fuerzas bajo a Camille, quien era más pesada de lo que aparentaba ser. Cuando la amante de mi esposo se encuentra en el suelo, me acerco a ella, pasan unos segundos en los cuales ella se encuentra descansando su cabeza en mis piernas. Tendría que esperar hasta que despierte, o la despierto yo misma. Con esto en mente empiezo a llamarla con susurros y lentos movimientos. Mientras hago esto, m