¿Es irónico como mi “perfecto esposo” había estado fingiendo querer hacer las cosas bien conmigo, Encima de mí no me di cuenta antes?, bajé la guardia y caí en sus dulces palabras y mentiras, todas y cada una de las que había dicho. Pensé, que su intención era hacerme ver que todo podría salir bien, fui muy estúpida al pensar que él, Caleb Jones realmente se había estado esforzando porque este matrimonio saliera bien. ¿En cambio como resultó ser?, me siento como una idiota y será algo de lo que me reproche por mucho tiempo.
Pensé que nunca pasaría por esto nuevamente y sin embargo aquí estaba. Niego con la cabeza suavemente, queriendo alejar todos y cada uno de los pensamientos negativos que se agolpan de pronto en mi mente, debía mantenerme con la cabeza en alto, esta no era la primera y tampoco la última vez que las personas me lastiman, lentamente me acostumbrara a este trato, pero no significa que doliera menos.
Lentamente he llegado a la mesa, siendo este un el lugar en donde Caleb me hacía compañía en las mañanas, por tres largos meses acepté su presencia a mi lado, incluso, sus muestras de “cariño” a las cuales me estuve acostumbrando equivocadamente, odio este lugar, sin duda.
Con ojos críticos observó la comida que me había esforzado por preparar, una cena de dioses para un imbécil, que no lo merece. Colocó dos de mis dedos en el puente de mi nariz y pronto la imagen de Henry aparece, puedo comprender un poco más el extraño comportamiento de aquel hombre, y también con qué razones lo hacía, desde el principio no quería meterme en los asuntos de aquellos dos hermanos, pero parece que el destino quería que hiciera algo. Debía pensar con la cabeza fría, por lo que será mejor que mantenga la calma y actúe como si nada hubiera pasado.
Pasaron alrededor de unos 5 minutos cuando escucho risas y me doy cuenta de que es la inconfundible voz de Caleb junto con la de aquella mujer llamada Camille, lo que presencian mis ojos es a una mujer de estatura baja, cabello largo de color rojo vino, piel blanca y ojos negros, viste con una falda hasta las rodillas color azul oscuro y camisa blanca, justo en su cuello donde debería haber tres botones abrochados, estos están completamente abiertos dejando ver su cuello y clavículas. Los labios de la misma están ligeramente hinchados de tanto que los muerde, noto también como mira con discreción hacia mi esposo, mientras mantiene una pequeña, pero, presente sonrisa en sus labios. De no saber qué estaba pasando, quizás hubiera jurado que ella, era solo una mujer que se lleva bien con mi esposo, que quizás ellos se conocen tanto tiempo y que, por esto, se sonríen el uno al otro, si, tal vez lo hubiera creído casi de inmediato. Pero, ahora que sé cuál es la verdadera cara de mi esposo, me doy cuenta de que ellos si se conocen y que aparentemente, Caleb ha estado más de una vez entre las piernas de Camille.
—Daphne, querida, con que ahí habías estado toda esta noche. —Caleb tiene su voz dulce, la que había estado usando en estos tres meses para verme la cara de estúpida. —Ahora que te encontré, quería presentarte a alguien que es muy especial para mí. —Sonrió un poco, mirando a la mujer de cabello rojo. —Ella es Camille Smith, Camille esta es mi dulce esposa Daphne Jones. —Siento como un pequeño tic en mi ojo derecho quiere hacerse presente, pero de alguna manera logró detener esto.
—Oh, claro que ella es la famosa Daphne, si los periódicos no dejan de alabar el precioso vestido en corte princesa que traías ese día, tal vez cuando me case puedas venir conmigo y orientarme en el vestido que llevaré. —Levantó una ceja aun sin dejar de sonreír. Es claro que ella está refiriéndose al momento en el que se case con mi esposo, pero antes de que esto suceda, tendré que demostrarle que no somos iguales.
—Es magnífico que quieras casarte algún día, Camille, pero ya tomé al mejor hombre soltero y ese es mi querido esposo Caleb. —Respondo y sin dudarlo más me acerco a Caleb sosteniendo su brazo, en consecuencia, debe alejarse más de Camille, ya que ambos estaban muy juntos. —Estaría encantada de darte una orientación básica sobre los vestidos de novia, sé que llegaras a encontrar a alguien que te ame. -Puedo ver en la expresión de la pelirroja como hay una oculta mirada de ira en sus ojos. Pero es claro que lucha por no dejarlo ver. —Caleb nunca te ha mencionado y sin embargo quisiera saber ¿Hace cuanto se conocen? —Una falsa sonrisa pintada de amabilidad está en mi rostro, para entonces he sentido como Caleb se ha puesto ligeramente tenso.
—Hace muchos años, hemos estado trabajando juntos en la empresa de la familia de Caleb, desde hace más de 4 años, soy su secretaria y amiga íntima. —Miro hacia Caleb quien asiente con la cabeza, claro, “amiga íntima”, si ambos quieren sacarme del camino para largarse juntos y dejarme en la ruina y humillación, pero eso no pasara.
—Fue difícil no querer conocerla, sobre todo por la bella persona que es Camille, llegara a encontrarte a ti también, Daphne. —Asiento con la cabeza mientras que sigo observando la mirada que ambos se lanzan, por alguna razón no comprendo porque me molesta, ¿Debería enojarme? ¿Debo experimentar acaso el dolor de una traición por segunda vez?, no, no debería ya que, esta vez, no estoy enamorada del hombre con el que me forzaron a casarme.
—Ya lo creo, pero no se queden ahí ambos, vayamos a cenar. —Caleb me mira con sorpresa de repente. —Junto con Douglas hemos hecho la cena, quería darte una sorpresa pues, eres el esposo más amable, atento, gentil y considerado del mundo. —Una sonrisa surca en el rostro de Caleb, de alguna manera parece conmovido, o puede que solo esté fingiendo. —Pero tenemos una invitada ahora. —Murmuré esperando una respuesta de ambos.
—En ese caso, me gustaría mucho cenar con la mujer que le robo el corazón a Caleb. —Camille sí que parece dispuesta a querer quedarse, pero entonces Caleb se suelta con amabilidad de mi agarre, para tomarla a ella, logrando así que esta sonriera.
—¿Estás segura de que quieres quedarte Camille?, ya es muy noche y no quisiera que no pudieras descansar, en otro momento podrías regresar y continuar con esta espléndida visita. —Evitó con todas mis fuerzas sonreír ya que Camille parece no creer que está sucediendo.
—¿Caleb que dices? Claro que quiero quedarme. —La pelirroja empieza a tener una presente mueca de fastidio. —Será adorable que me quede ¿No es verdad, Daphne? —Bien, parece que está recurriendo a la típica unión con la esposa engañada.
—La verdad es que quiero poder cenar con mi esposo a solas, no lo tomes a mal Camille, pero él tiene razón, en otro momento podrías hacernos una visita. —Rápidamente, veo como Camille borra la sonrisa que traía en su rostro. —Estaría encantada de que, para otro momento, ayudarte a buscar un vestido de novia. —Con descaro, hago que Camille se suelte del agarre de Caleb, quien nota esto, pero no dice nada, más bien parece gustarle que dos mujeres se disputen por él.
De pronto parece crearse una especie de silencio y tensión, pero ni mi esposo y su amante son capaces de decir algo al respecto. Manteniendo una sonrisa miro con atención y discreción a Camille que pareciera comunicarse con la mirada hacia Caleb.