Continuo con Henry tomada de la mano, y es que un no he dejado de sentir pequeño escalofríos que me recorren por todo el cuerpo, según sus palabras me llevaría hacia un lugar en que nadie tenía permitido pasar, sentía tanta curiosidad en estos momentos que había olvidado por completo aquello que siempre dicen; “la curiosidad es un defecto muy feo, por eso es que mato al gato.” Pero vamos, no podía resistirlo cuando es nadie más que Henry.
Puedo notar como estamos alejados del resto, las voces y la música del gran salón ha dejado de escucharse, lo único que puedo escuchar ahora mismo solo son mis pasos y los de Henry.
Suelto un suspiro, en mi campo de visión logró ver un hermoso jardín decorado con luces blancas las cuales se envuelven alrededor de los arbustos que tienen una forma simila
