Años atrás… Todas las historias de amor empiezan de la manera más cliché posible, claro, todas empiezan de esa manera en la que dos personas suelen olvidar por completo donde y con quien se encuentran, entonces, ven a esa persona, la misma persona que los hace suspirar, sonreír y hacer estupideces. Yo no fui la excepción a todo esto. Pero, no todas las historias de amor tienen un final feliz, o si quiera un final. Conocí al hombre del que me enamore tan locamente la edad de 20 años, estaba en el último año de instituto, solo a un paso para entrar en mi universidad, de alguna manera logre convencer a mi padre para que me dejara asistir, también debería darle créditos a mi madre que de alguna manera logro que mi padre recapacitara. Era comúnmente hacer un baile de graduados para aqu