—Señorita, ¿Me concedería sacarla a bailar? —La inconfundible voz de Caleb llega a mis oídos, mi esposo viste un traje n***o de dos botones, y saco que se amolda perfectamente a su cuerpo, esta noche no traído tacones altos, o zapatos de plataforma, así que he quedado un poco más baja a su lado, Caleb lleva un antifaz que cubre sus ojos y algo más de su rostro y parte de su nariz, nada más que eso y listo. No muy lejos, los ojos de su amante se clavan en nosotros. No quería estar cerca de él esta noche, pero, podría divertirme al menos unos momentos. —Sería un placer para mí, señor. —Murmuro con voz suave, he logrado agudizar mi voz, como traía peluca, mi cabello no me delataría en lo absoluto. —Tendrán que esperarme un poco más caballeros. —Aviso a todos aquellos hombres que me esperan