Han pasado dos semanas desde que había iniciado esta clase de relación sin nombre con mi Henry, quien se supone debería actuar como un cuñado normal, en una situación normal lo que estábamos haciendo se estaría viendo realmente mal, pero, este no era el caso, mi matrimonio empezó de la manera menos normal posible, mi esposo y yo no compartimos la misma cama a menos que su familia este de visita y tengamos que aparentar, estando fuera de casa teníamos que parecer una pareja de enamorados que se juraron amor eterno aquel día en la iglesia. Sin embargo, cuando las puertas se cierran, solo somos dos extraños obligados a pasar tiempo juntos todo por culpa de un acuerdo de dos hombres hace muchos, muchos años. Quizás solo estaba buscando una excusa para sentirme menos culpable, aunque ni siq