—A todo esto, creo que se cancela el almuerzo, ¿No? —Mi atención cae en Henry, parece tener la mirada perdida, suspiro nuevamente. —Vayamos a almorzar, pero ahora, toda la verdad debe ser revelada. ¿Estamos de acuerdo? —Henry parpadea, luego de unos segundos asiente despacio. —De acuerdo, pero, en la próxima que te lleve a almorzar trata de no salir corriendo de esa manera tan peligrosa. —Henry me regaña, no hago más que aceptarlo. —Generalmente las mujeres no suelen escapar de mí, más bien, se quedan hasta el desayuno. —Ahí estaba el Henry que conocía. No hago más que negar con la cabeza. Es así como Henry nos lleva a ambos hacia un lindo restaurante con jardín y terraza incluidos. Nos dan una bonita mesa con vista hacia toda la ciudad, no había un silencio incomodo, cosa que estaba