En el transcurso de lo que fue toda la noche, había logrado poner las cartas sobre la mesa, o al menos unas cuantas. Ver la verdadera cara de mi esposo era algo que desde hace unos cuantos días me estaba matando, la apariencia del esposo perfecto es un sin duda un papel que Caleb había sabido llevar, incluso desde antes de que él empezara a “ganarse” mi confianza. Sin embargo, debía admitir que a veces hubiera esperado que fuera mentira, suponía que una parte de mi realmente deseaba sentirse en paz dentro de un matrimonio seguro y lleno de amor. Pero, tenía que recordar que el amor no es algo que debería quedarse en mi vida. No en esta. El sentimiento de decepción es algo que se había ido conforme me entere de toda la verdad, escuchar a Caleb fue sin duda una cachetada de realidad, de