De esa manera es como ha pasado el fin de semana que ilusamente pensé estaría bastante tranquilo y relajado entre los brazos de Henry, pero, mi esposo decidió aparecer mucho antes con la sola intención de no dejarme tiempo a solas con su hermano. Recodaba como esto se escuchaba mal, pero he de recalcar el hecho de que, en una situación normal, seria mal visto, sin embargo, lejos de los ojos de la prensa mi matrimonio era un cuento de hadas y no un horror que me provocaba dolor de cabeza. El resto de preservativos que había llevado Henry fueron usados, y cuidadosamente desechados sin que nadie se diera cuenta, ni siquiera mi esposo. Saber que no estaba en un sueño y sentir la cálida piel de Henry contra la mía lograba hacerme sonreír radiantemente. Pero, no es algo que tenía que demostrar